Los Lápices Mágicos y el Libro Viajero



Era un hermoso día en la escuela de los ositos Bianca, Joaquín, Nina, Victoria y Juan José. Habían recibido un libro viajero nuevo y emocionante, pero había un pequeño problema: el libro estaba en blanco.

"¡Ay, qué aburrido! No tiene colores ni dibujitos", se quejó Joaquín.

"Sí, pero nosotros podemos hacerlo divertido", respondió Bianca optimista.

"Podríamos colorear un paisaje de la selva", sugirió Nina con los ojos brillando de emoción.

Los ositos se pusieron de acuerdo y buscaron lápices de colores, pero a medida que comenzaron a dibujar, se dieron cuenta de que no tenían suficiente inspiración. De repente, un suave murmullo llenó el aire.

"¿Escucharon eso?", preguntó Victoria, mirando a su alrededor.

"¿Qué será?", agregó Juan José, intrigado.

Justo en ese instante, los lápices de colores comenzaron a temblar y, para su asombro, saltaron a la vida.

"¡Hola, niños!" gritaron los lápices, que ahora tenían caritas sonrientes.

"¡Nosotros somos los Lápices Mágicos! Vamos a ayudarles a colorear su libro viajero", exclamó un lápiz rojo.

Los ositos no podían creerlo.

"¡Esto es increíble!", gritó Bianca, mientras se unía a la fiesta de colores.

"Pero, ¿cómo lo harán?" preguntó Joaquín, emocionado.

"¡Fácil!", respondió el lápiz azul.

"Cada uno de ustedes tiene que pensar en un paisaje, y nosotros les ayudaremos a traerlo a la vida".

Los ositos comenzaron a compartir sus ideas. Bianca pensó en la playa, Joaquín en las montañas, Nina en un bosque, Victoria en un paisaje urbano y Juan José en el espacio exterior.

"¡Perfecto! ¡Empecemos!", dijo el lápiz amarillo.

Los lápices se pusieron a trabajar rápidamente. La playa se llenó de arena dorada y olas brillantes, las montañas se alzaron majestosamente con sus picos nevados, el bosque se cubrió de árboles verdes y flores de todos los colores, la ciudad cobró vida con rascacielos altos y autos que pasaban, mientras que el espacio exterior estaba cubierto de estrellas y planetas de colores vibrantes.

"¡Es impresionante!" exclamó Victoria, maravillada ante el espectáculo.

"Nunca imaginé que estos paisajes pudieran ser tan hermosos", agregó Juan José.

De repente, los lápices comenzaron a frenar.

"¡Espera! No hemos terminado", dijo el lápiz verde, un poco preocupado.

"¿Qué pasa?", preguntó Joaquín, sintiéndose un poco ansioso.

"El libro necesita más que solo paisajes. Hay que contar una historia que los una", explicó el lápiz violeta.

Los ositos se miraron entre sí, pensando en cómo conectar todos esos paisajes. Así que, junto a los lápices mágicos, comenzaron a crear un cuento que recorría todos los lugares que habían dibujado.

"El protagonista puede ser un osito viajero que va descubriendo cada paisaje", sugirió Nina.

"¡Sí! Y cada paisaje puede enseñarle algo nuevo", enfatizó Victoria.

"Como la importancia de la naturaleza, la amistad y la diversidad", agregó Juan José.

Con cada idea que compartían, los lápices de colores trabajaban a su ritmo, dándole vida y personalidad a su historia. Mientras lo hacían, Titi y Gaby, sus profesoras, se acercaron, completamente sorprendidas por el espectáculo.

"¿Qué está pasando aquí?" preguntó Titi con una sonrisa.

"¡Los lápices son mágicos! Nos ayudan a crear nuestro libro viajero", explicó Bianca emocionada.

"¡Esto es increíble!", dijo Gaby, aplaudiendo.

Finalmente, el libro viajero quedó lleno de color, paisajes vibrantes y la historia de un osito aventurero que conectaba todos los lugares. Los lápices mágicos comenzaron a despedirse.

"Recuerden, siempre que necesiten ayuda, la inspiración puede venir de donde menos lo esperen", dijo el lápiz rojo.

Los ositos observaron cómo los lápices volvían a su forma original, pero llevándose con ellos un trocito de la magia que habían compartido.

"Nunca olvidaremos este día", dijo Joaquín, sonriendo a sus amigos.

"¡El libro viajero es un reflejo de lo que somos juntos!", concluyó Nina, asintiendo feliz.

"Y siempre recordaremos que lo mejor de viajar es compartir", añadió Victoria.

Y así, los ositos no solo habían llenado su libro viajero de colores, sino también de historias, amistad y magia. Con un nuevo propósito y un corazón lleno de inspiración, se prepararon para seguir explorando el mundo juntos.

FIN.

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