Los Lazos de Kiara



Había una vez en un pequeño colegio de Argentina, una niña llamada Kiara. Kiara era muy especial, ya que desde pequeña sabía que le gustaban tanto los profesores como las auxiliares del colegio.

Siempre se sentía atraída por su inteligencia y amabilidad. Un día, mientras estaba en clase de matemáticas, la maestra comenzó a enseñar sobre las formas geométricas. Kiara estaba completamente enamorada de su profesora de matemáticas, la señorita Laura.

La veía como un faro brillante en medio del océano y no podía evitar sonrojarse cada vez que ella hablaba. "¡Miren esta figura! ¿Sabrían decirme qué forma tiene?" -preguntó la señorita Laura emocionada.

Kiara levantó tímidamente la mano y respondió:"¡Es un triángulo equilátero!"La maestra sonrió y asintió con la cabeza, impresionada por el conocimiento de Kiara.

"Muy bien, Kiara ¡Eres excelente en matemáticas!" Aquellas palabras resonaron en el corazón de Kiara, quien sintió una gran alegría al escuchar elogios de su amada profesora. Pero no solo eran los profesores quienes despertaban admiración en ella. También había alguien más: Norma, la encargada de hacer cumplir las reglas del colegio.

Aunque muchos niños le temían porque siempre estaba vigilando atentamente todo lo que ocurría en el patio escolar, para Kiara era diferente.

Un día durante el recreo, mientras todos jugaban al fútbol o saltaban a la cuerda, Kiara se acercó a Norma y le dijo tímidamente:"Norma, me encanta cómo cuidas de todos nosotros. Eres muy valiente y siempre estás pendiente de que todo funcione bien en el colegio.

"Norma, sorprendida por las palabras de Kiara, sonrió ampliamente y respondió:"¡Gracias, Kiara! Es importante para mí asegurarme de que todos los niños estén seguros y felices en este lugar tan especial. "A partir de ese día, Kiara y Norma comenzaron a hablar más durante los recreos.

Norma le contaba historias sobre su infancia y cómo había aprendido la importancia del respeto y la amistad. Pero no todo era color de rosa para Kiara. A medida que crecía, también enfrentaba desafíos emocionales. Muchas veces sentía que no encajaba con sus compañeros debido a sus gustos particulares.

Un día, mientras jugaban al escondite con sus amigos del colegio, uno de ellos comentó:"Kiara siempre prefiere pasar tiempo con las profesoras o auxiliares en lugar de jugar con nosotros.

"Los demás niños murmuraron entre ellos hasta que uno se atrevió a decir algo más hiriente:"Es raro que una niña le gusten tanto las mujeres adultas". Kiara sintió un nudo en el estómago. Se sentía triste porque no entendían lo especial que eran esos vínculos para ella.

Pero entonces recordó todas las cosas maravillosas que había aprendido gracias a estas personas: la señorita Laura le enseñaba matemáticas y la motivaba a seguir aprendiendo; Norma le mostraba cómo mantener un ambiente seguro y feliz en el colegio.

Decidió que no dejaría que los comentarios negativos la afectaran. Sabía que era importante ser fiel a sí misma y valorar las conexiones significativas que había encontrado en su camino. Con el tiempo, Kiara se convirtió en una joven valiente y segura de sí misma.

Sus gustos y preferencias no solo la hacían especial, sino también la motivaban a ser una persona compasiva y respetuosa con los demás.

Y así, Kiara demostró al mundo que el amor puede manifestarse de muchas formas diferentes, sin importar si eres niño o niña. Aprendió a valorar las cualidades únicas de cada persona y a encontrar inspiración en aquellos que le brindaban apoyo y cariño.

Y desde entonces, Kiara continuó siendo una niña llena de amor y admiración hacia los profesores, auxiliares y normas del colegio, sabiendo que esas conexiones especiales le habían enseñado importantes lecciones sobre el mundo y sobre sí misma.

FIN.

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