Los lentes mágicos


En una pequeña ciudad, vivía un niño llamado Marco, a quien le encantaba leer y explorar el mundo que lo rodeaba. Marco llevaba lentes desde muy pequeño, lo que a veces le generaba algunas burlas por parte de algunos compañeros de escuela. Un día, la niña más popular de la escuela, Emma, se burló de Marco por usar lentes, diciéndole que parecía un bicho raro. Marco se sintió triste y avergonzado, pero decidió no dejar que los comentarios de Emma lo afectaran.

En su casa, Marco le contó a su abuelita lo sucedido. Ella, con mucho cariño, le explicó que los lentes son mágicos, ya que le permiten ver el mundo de una manera especial, descubriendo detalles que otros no pueden percibir. Animado por las palabras de su abuelita, Marco decidió que los comentarios de Emma no iban a opacar su magia. Al día siguiente, en la escuela, llevó puestos sus lentes con orgullo, decidido a demostrarle a Emma y a todos que ser diferente es maravilloso.

Durante el recreo, Emma se acercó nuevamente a Marco con intención de burlarse, pero esta vez algo sorprendente sucedió. Los lentes de Marco comenzaron a brillar y de repente, todo lo que los rodeaba cobró vida en colores brillantes y formas asombrosas. Emma, asombrada, se puso los lentes de Marco y quedó maravillada al descubrir un mundo mágico que nunca había visto.

Desde ese día, Emma y Marco se hicieron amigos. Marco le enseñó a Emma a apreciar las cosas especiales que los lentes le permitían ver, y juntos descubrieron la belleza de lo distinto. A partir de entonces, Emma ya no se burló más de Marco, y la escuela se convirtió en un lugar donde todos aprendieron a valorar las diferencias y a celebrar la magia que cada uno lleva dentro.

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