Los Libres Pensadores



Había una vez un pequeño caracol llamado Gastón, que vivía en un hermoso jardín.

Gastón era diferente a los demás caracoles, siempre se cuestionaba el sentido de su existencia y buscaba la libertad más allá de las limitaciones impuestas por los sistemas tradicionales. Un día, mientras exploraba el jardín, Gastón encontró a una mariquita llamada Lola. Al verla volar libremente, Gastón sintió una profunda angustia existencial.

Se preguntó por qué él no podía hacer lo mismo y tener esa misma libertad. Gastón decidió hablar con Lola para entender cómo ella había logrado ser tan libre. "-Hola Lola, me llamo Gastón y me gustaría saber cómo puedo ser tan libre como tú", le dijo tímidamente.

Lola sonrió y respondió: "-Hola Gastón, la libertad no se encuentra fuera de nosotros mismos, sino dentro. Es importante reconocer nuestra propia individualidad y tomar responsabilidad sobre nuestras decisiones". Gastón quedó perplejo ante estas palabras.

Nunca antes había pensado en esa forma. Él siempre había creído que su destino estaba determinado por las estructuras tradicionales del jardín.

Con cada encuentro con Lola, Gastón aprendía más acerca del valor de la existencia individual y la importancia de tomar decisiones basadas en sus propias convicciones. Juntos exploraban nuevos lugares del jardín y desafiaban las normas establecidas.

Un día, mientras escuchaban el ruido de un cortacésped acercándose peligrosamente al lugar donde estaban ellos dos escondidos debajo de unas hojas grandes, Gastón tuvo una idea. "-Lola, ¿y si creamos nuestro propio camino para escapar de este peligro?"Lola asintió y juntos comenzaron a buscar una salida alternativa.

Gastón se sentía emocionado y un poco asustado por desafiar las estructuras establecidas, pero sabía que era la única forma de encontrar su verdadera libertad. Después de mucho esfuerzo y determinación, Gastón y Lola lograron encontrar una ruta segura para escapar del cortacésped.

Se sintieron aliviados y orgullosos de haber confiado en sus propias habilidades para enfrentar la adversidad. A medida que exploraban nuevos lugares más allá del jardín, Gastón y Lola se dieron cuenta de que no estaban solos en su búsqueda de libertad e individualidad.

Conocieron a otros animales que también habían desafiado las estructuras tradicionales y vivían según sus propios términos. Juntos formaron un grupo llamado "Los Libres Pensadores" donde compartían sus experiencias, ideas y apoyaban mutuamente en su camino hacia la libertad personal.

Gastón comprendió entonces que la vida no tenía un sentido predeterminado, sino que cada uno debía crear su propio significado. Aprendió a confiar en sí mismo, a valorar su existencia individual y a luchar por lo que realmente deseaba.

Y así, Gastón el caracol encontró su verdadera libertad al abrazar el existencialismo con énfasis en la existencia individual, la responsabilidad personal y la desconfianza en las estructuras tradicionales.

Su historia inspiró a muchos otros animales del jardín a seguir sus pasos hacia una vida más auténtica y plena.

FIN.

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