Los líderes democráticos de la Escuela del Bosque


Había una vez, en un bosque no muy lejano, tres cerditos llamados Pancho, Pepe y Pancha. Ellos vivían juntos en una pequeña casa de paja que habían construido con mucho esfuerzo.

Un día, mientras jugaban cerca del río, escucharon a lo lejos el sonido de una campana que anunciaba el inicio de las clases en la Escuela del Bosque. - ¡Pancho, Pepe! ¡Escucharon eso? Es la campana de la escuela.

¿Por qué no vamos a aprender cosas nuevas y divertidas? - propuso Pancha emocionada. Los tres cerditos asintieron con entusiasmo y se dirigieron hacia la Escuela del Bosque.

Al llegar, fueron recibidos por la Directora Lechuza, quien les explicó cómo funcionaba el gobierno escolar y la importancia de la democracia para tomar decisiones en comunidad. - En nuestra escuela, todos los alumnos tienen voz y voto para elegir a sus representantes.

Ellos serán los encargados de velar por el bienestar de todos y resolver conflictos de manera justa - les explicó la Directora Lechuza. Los tres cerditos quedaron impresionados por todo lo que estaban aprendiendo y decidieron postularse como candidatos a representantes de su curso.

Para ello, debían demostrar sus habilidades en debates, resolución de problemas y trabajo en equipo.

Durante las semanas siguientes, Pancho sorprendió a todos con su capacidad para organizar eventos escolares; Pepe destacó por su empatía al ayudar a sus compañeros; y Pancha demostró ser una excelente mediadora en situaciones difíciles. Los demás alumnos los admiraban y apoyaban en su camino hacia las elecciones. Finalmente llegó el día de votación y los tres cerditos esperaban ansiosos los resultados.

La Directora Lechuza anunció que Pancho había sido elegido como Presidente del Consejo Estudiantil, Pepe como Vicepresidente y Pancha como Secretaria. - ¡Lo logramos! Estoy tan orgullosa de ustedes chicos - exclamó la Directora Lechuza mientras les entregaba sus insignias.

Desde ese día, Pancho, Pepe y Pancha trabajaron juntos para mejorar su escuela, promoviendo la participación de todos los alumnos en las decisiones importantes. Organizaron actividades recreativas, mejoraron las instalaciones e incluso crearon un programa de tutorías entre los estudiantes.

Los tres cerditos descubrieron que con esfuerzo, dedicación y valores democráticos podían lograr grandes cosas juntos. Y así, se convirtieron en un ejemplo para todos en el Bosque: demostrando que nunca es demasiado temprano para aprender sobre liderazgo responsable y participación activa en la comunidad.

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