Los Mecánicos Dentales y la Sonrisa de Xandar
Era un día normal en el pequeño taller de mecánica dental de la Tierra, donde el señor Tato y la señora Vicky trabajaban muy felices. Un día, mientras ordenaban sus herramientas, recibieron una extraña llamada.
"¡Hola! ¡Hola! ¿Hay alguien aquí?" - decía una voz metálica desde un comunicador curioso.
"¿Quién habla?" - preguntó el señor Tato, abriendo los ojos como platos.
"Soy Xelthor, del planeta Xandar. Necesitamos su ayuda. Nuestros dientes están en problemas, y hemos oído que son los mejores mecánicos dentales del universo" - explicó el alienígena, que tenía una sonrisa chispeante pero algo descuidada.
La señora Vicky miró al señor Tato con una mezcla de emoción y sorpresa. Ambos sabían que no podían rechazar una aventura intergaláctica. Así que, tras un rápido empaque de su equipo dental, los dos mecánicos se subieron a su nave espacial, la 'Sonrisita', y se dirigieron hacia Xandar.
Al llegar, fueron recibidos por una multitud de aliens coloridos.
"¡Bienvenidos a Xandar!" - exclamó Xelthor, quien lucía emocionado. "Estamos ansiosos por tener dientes brillantes y saludables. Pero hay un problema. Algunos de nosotros tenemos miedo de ir al dentista, y otros no saben cómo mantener una buena higiene bucal."
La señora Vicky, siempre optimista, empezó a explicarles lo fácil que podía ser el cuidado dental.
"¡No se preocupen! La higiene bucal es divertida. ¡Podemos hacer un espectáculo dedicado a enseñarles a cepillarse adecuadamente!" - sugirió.
Comenzaron las clases de higiene bucal, y muy pronto, los aliens comenzaron a aprender a cepillarse. Pero a medida que avanzaban, también notaron que algunos aliens tenían dientes muy, muy grandes.
"¡Eso no es problema!" - dijo el señor Tato con una sonrisa. "Pondremos diseños de sonrisa únicos en cada uno de ustedes. Hará que sus dientes luzcan estupendos y les dará confianza para sonreír mucho más".
Pero en medio de las clases, apareció un alien con un gran diente de oro que se negaba a cuidarse.
"- ¡No necesito ayuda! Mis dientes son perfectos así!" - gritó, cruzándose de brazos.
La señora Vicky decidió hablar con él.
"- Pero, ¡no puedes dejar de sonreír! Todos merecen una sonrisa brillante. Además, la higiene bucal es importante para tu salud, ¡y nosotros queremos que tú también seas feliz!" - le explicó.
El alien se quedó pensando.
"- Tal vez sólo tengo que intentarlo..." - murmuró.
Con el tiempo, y gracias a los consejos de los mecánicos, el alien decidió dejarse ayudar y se unió a la clase de higiene. Luego de unas semanas, todos los aliens de Xandar fueron a la consulta dental para obtener sus nuevos diseños de sonrisa.
"- ¡Guau, miren esas sonrisas!" - exclamó Xelthor al ver cómo se transformaron sus amigos. "Ahora estamos listos para celebrar con una gran fiesta de sonrisas. Todos van a disfrutar de la música y las risas sin preocupaciones de dientes mal cuidados".
La fiesta fue lo mejor que Xandar había visto. Todos aprendieron de la importancia de cuidar sus dientes y ahora podían mostrar sus sonrisas radiantes.
"- Gracias, mecánicos dentales, por mostrarnos el camino hacia la salud bucal" - dijo un alien brillante con orejas grandes.
"- ¡Y recuerden! Siempre hay espacio en el universo para una sonrisa brillante!" - finalizó el señor Tato, emocionado.
Así, la señora Vicky y el señor Tato regresaron a su taller, llenos de alegres recuerdos, y sabiendo que habían dejado un pequeño planeta lleno de sonrisas felices y saludables, pero sobre todo, de amigos.
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FIN.