Los Meses del Año y el Viaje Maravilloso
Había una vez un pequeño pueblo llamado Calendario, donde cada mes del año vivía en armonía. Enero, el más fresco, traía la energía de un nuevo comienzo, mientras que Diciembre, el más festivo, llenaba el aire de alegría con las fiestas de fin de año. Sin embargo, un día, un misterioso viento sopló y los meses comenzaron a perderse de vista, cada uno con su propia historia, y se olvidaron de su lugar en el calendario.
Un día soleado, un niño curioso llamado Lucas decidió hacer un viaje para reencontrar a los meses desaparecidos. "¿Cómo puedo encontrar a los meses del año?"-, se preguntó. En ese momento, su abuela, que siempre contaba historias, le dijo: "Lucas, si quieres encontrarlos, tendrás que aprender sobre cada uno y ver qué les motiva a regresar."
Con determinación, Lucas salió de su casa y siguió el camino que llevaba a los bosques mágicos de Calendario. Pronto encontró a Enero, quien estaba tratando de organizar un festival invernal en una cueva helada.
"Hola, Enero, ¿por qué no estás en el calendario?"- preguntó Lucas.
"Me he perdido en mis propias ideas. Quiero que la gente se sienta emocionada por el nuevo año. Pero no puedo hacerlo solo", respondió Enero, con su voz suave.
Lucas le sugirió que pidiera ayuda a los otros meses. Así que, juntos, se dirigieron hacia Febrero, quien estaba en una cabaña decorada con corazones.
"Febrero, ¡ven a ayudar a Enero!"- dijo Lucas emocionado.
Febrero sonrió y dijo: "¡Claro! Celebraremos el amor y la amistad y volveremos a ser parte del calendario. Pero necesitamos la ayuda de Marzo también."
Mientras tanto, Lucas pensaba en cómo volver a juntar a todos. "Vamos a hacer un gran espectáculo donde cada mes mostrará sus habilidades. Así podremos recordar por qué cada uno de ustedes es especial,"- propuso Lucas.
"¡Esa es una idea genial!"- exclamó Marzo, que llegó justo a tiempo para escuchar. "¡Puedo traer flores y lluvia para mostrar el comienzo de la primavera!"-.
Así, el trío comenzó a recorrer el bosque, reuniendo a los otros meses. Abril, con su lluvia refrescante, vino saltando entre flores. Mayo llegó con un bulto de colores vibrantes, lleno de flores que simbolizaban la alegría.
Sin embargo, mientras todos se reunían, un nublado oscuro apareció en el cielo, trayendo a Junio, que estaba decidido a traer el verano pero se sentía un poco perdido. "No quiero que mi calor se pierda en esta confusión!"- dijo Junio, preocupado.
"Junio, tu calor es especial ya que marca el comienzo del verano. ¿Por qué no haces que todos bailen al ritmo del sol?"- sugirió Lucas.
"¡Eso suena perfecto!"- dijo Junio, alzando la voz con nueva energía.
Con el entusiasmo de todos, el grupo se reunió con Julio y Agosto, quienes ya estaban listos para traer los días más cálidos y divertidos del año. "Nosotros traemos las vacaciones, y eso es algo que todos esperan!"- dijo Julio, riendo.
"¡Sí! En nuestras noches despejadas, podemos contar estrellas y disfrutar de los días largos."- agregó Agosto.
Finalmente, llegaron al otoño, y Septiembre a Octubre junto a Noviembre. Ellos, al ver la energía de sus amigos, se sintieron inspirados por la idea de un espectáculo lleno de colores y luces. "¡Podemos pintar las hojas en diferentes tonos y hacer que la gente se despida del verano!"- dijo Septiembre.
Y así, después de un largo día de coordinación y entusiasmo, todos los meses decidieron unirse para hacer una gran celebración, Espero del Año. Con bailes y decoraciones que representaban cada época del año, los meses finalmente recordaron por qué eran esenciales.
Al final de la celebración, cada mes se presentó, contando lo que traía y porque cada uno era especial. Cuando todo terminó, Lucas se dio cuenta de que cada mes era una pieza vital del rompecabezas del tiempo.
Los meses estaban tan contentos de estar juntos de nuevo, que decidieron nunca separarse y siempre trabajar en unidad. Desde entonces, en el pueblo Calendario, siempre se celebran las festividades y cada mes se hace sentir en los corazones de las personas.
Y Lucas, el niño soñador, nunca olvidó que la unión y la colaboración son la clave para lograr cosas increíbles. Al regresar a su casa, le contó a su abuela todo lo que había aprendido. "Hay que celebrar cada época del año, porque cada una tiene su propia belleza y magia"-, le contó Lucas a su abuela emocionado. De esta manera, los meses aprendieron no solo su importancia, sino también que juntos podían crear recuerdos maravillosos.
FIN.