Los miedos de Dana



Había una vez una niña llamada Dana que vivía en una casa muy grande y hermosa con su familia. Tenía una habitación preciosa, llena de juguetes y colores, pero por alguna razón, sentía miedo al dormir allí.

Siempre se despertaba en medio de la noche asustada y se iba a la cama de sus padres.

"¿Por qué no puedes dormir en tu propia habitación?" le preguntó su mamá un día después de encontrarla durmiendo junto a ellos. "Tengo miedo", respondió Dana con lágrimas en los ojos. Su papá intentó tranquilizarla diciéndole que no había nada que temer. Le explicó que la casa estaba segura y que todos estaban cerca si necesitaba algo.

Pero nada parecía funcionar, Dana seguía teniendo miedo todas las noches. Un día, mientras paseaban por el parque juntas, Bianca, la hermana mayor de Dana, le contó una historia sobre cómo ella también solía tener miedo cuando era más joven.

"Pero luego descubrí algo", dijo Bianca con una sonrisa. "Descubrí que mi imaginación me estaba engañando". Dana frunció el ceño sin entender lo que quería decir su hermana.

"Significa que muchas veces nuestra mente nos hace creer cosas malas cuando realmente no hay nada malo ahí fuera", explicó Bianca pacientemente. "Es como ver sombras en la pared y pensar que son monstruos cuando en realidad solo son ramitas movidas por el viento".

Dana comenzó a comprender lo que decía su hermana y decidió ponerlo en práctica esa noche. Antes de dormir, cerró los ojos y empezó a imaginar que estaba en un lugar seguro y feliz rodeada de cosas bonitas.

Poco a poco se fue relajando hasta quedarse dormida. La siguiente mañana, Dana despertó con una gran sonrisa en su rostro. Había logrado dormir toda la noche en su propia habitación sin sentir miedo.

"¡Lo logré!" gritó emocionada mientras abrazaba a su hermana. Desde ese día, Dana se convirtió en una experta para controlar sus pensamientos y no dejar que el miedo la dominara.

Aprendió que muchas veces lo que tememos está solo dentro de nuestra mente y que podemos hacerle frente si nos damos cuenta de ello. Y así, Dana vivió feliz junto con su familia sabiendo que podía enfrentar cualquier cosa gracias al poder del pensamiento positivo.

FIN.

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