Los Minions en la Bombonera


Era un día soleado en Buenos Aires, y los minions estaban muy emocionados porque habían conseguido entradas para ver un partido de fútbol en la famosa Bombonera.

Kevin, Stuart y Bob se pusieron sus camisetas azules y amarillas del equipo local y salieron corriendo hacia el estadio. Cuando llegaron a su asiento, los minions no podían contener su emoción. La multitud cantaba y animaba al equipo mientras los jugadores saltaban al campo.

Pero entonces algo extraño comenzó a pasar: Los minions se dieron cuenta de que algunos jugadores del equipo rival estaban haciendo trampas. "¡Oye! ¡Eso no es justo!" gritó Kevin mientras señalaba a los tramposos.

"¡Deberíamos hacer algo para detenerlos!"Stuart y Bob asintieron con la cabeza, pero antes de que pudieran hacer algo, uno de los jugadores rivales les lanzó una pelota directamente a la cara de Kevin. —"Ayuda" , dijo Bob mientras ayudaba a levantar a Kevin del suelo.

De repente, todos los minions se enfurecieron. Se subieron al campo para enfrentarse a los jugadores rivales que habían hecho trampas. Los jugadores se rieron ante la vista de las pequeñas criaturas amarillas tratando de pelear contra ellos.

Pero entonces algo sorprendente ocurrió: Los minions comenzaron a jugar mejor que cualquier jugador en el campo. Con habilidades increíbles y velocidad impresionante, demostraron ser más dignos del título —"jugador"  que cualquiera en el estadio.

La multitud estaba atónita mientras veía cómo las pequeñas criaturas amarillas hacían malabares con la pelota y hacían goles. Al final del partido, el equipo local había ganado gracias a los minions.

Los jugadores rivales se disculparon por haber hecho trampa y les pidieron a los minions que jugaran en su equipo. Pero Kevin, Stuart y Bob dijeron que preferían quedarse con su equipo local. "El fútbol es sobre el juego limpio", dijo Kevin mientras ponía una mano en su corazón.

"Y eso es lo que importa más". La multitud aplaudió mientras los minions salían del campo victoriosos, sabiendo que habían demostrado que incluso las criaturas más pequeñas pueden hacer grandes cosas cuando trabajan juntas y juegan limpio.

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