Los misterios de El Tigre



Juan estaba emocionado por pasar sus vacaciones en el Tigre junto a su familia. Habían alquilado una casa cerca del río y planeaban hacer paseos en lancha, ir a la playa y disfrutar del hermoso paisaje.

- ¡Miren, mamá, papá! -exclamó Juan mientras señalaba hacia el bosque- ¿Qué es eso que se mueve ahí? - Probablemente sea un animalito, hijo -respondió su padre con una sonrisa. Pero Juan no estaba tan seguro.

Lo que había visto parecía moverse de forma extraña, como si flotara. Esa noche, mientras dormía en su habitación, Juan escuchó unos ruidos extraños. Se levantó de la cama para investigar y vio una figura blanca flotando frente a él.

- ¡Aaaah! -gritó Juan asustado. Su madre entró corriendo al cuarto al oír los gritos de su hijo. - ¿Qué pasa? ¿Estás bien? Juan señaló tembloroso hacia la figura blanca que seguía flotando frente a él.

Pero cuando encendieron la luz, descubrieron que era solo una sábana colgada en la ventana movida por el viento. Su madre le explicó que las cosas pueden parecer diferentes de lo que realmente son cuando estamos asustados o nerviosos.

Al día siguiente durante un paseo en lancha por el río Paraná, Juan notó algo extraño mientras pasaban por debajo del puente Zárate-Brazo Largo. Una figura fantasmagórica apareció repentinamente ante ellos y comenzaron a sentir frío en la lancha.

- ¿Qué es eso? -preguntó Juan, señalando hacia el fantasma. - Eso es solo una leyenda urbana, hijo -respondió su padre-. No hay nada de qué preocuparse. Pero luego notaron que la lancha no estaba funcionando correctamente.

De repente, se detuvo en seco y comenzó a temblar violentamente. La familia intentó reiniciar el motor varias veces, pero no había forma de arrancarlo. De repente, un anciano apareció en un bote cercano y les ofreció ayuda para remolcarlos hasta la orilla.

Mientras los remolcaban hacia la costa, el anciano les contó una historia sobre cómo hace muchos años hubo un accidente terrible en el puente Zárate-Brazo Largo que dejó atrapados a varios pasajeros en sus autos mientras caían al río.

Desde ese día se dice que sus espíritus vagan por las aguas del Paraná buscando venganza contra aquellos que desafían su memoria.

Juan quedó impresionado por esta historia y comenzó a entender que aunque los fantasmas tal vez no existan como pensaba antes, sí existen historias y leyendas interesantes detrás de ellos. Aprendió también que hay cosas en este mundo que son difíciles de explicar y entender pero esto no significa necesariamente que sean malas o peligrosas.

Al finalizar sus vacaciones Juan regresó a casa con muchas anécdotas para contarle a sus amigos sobre su aventura con fantasmas en El Tigre. Y aunque ya sabía que los fantasmas probablemente no eran reales seguía siendo divertido imaginar e inventar historias al respecto.

FIN.

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