Los modales de Dilan



Había una vez un niño llamado Dilan, que era muy inquieto y no sabía comportarse en la mesa.

Cada vez que su mamá le servía la comida, él jugaba con ella, la tiraba al suelo y ensuciaba todo a su alrededor. Su mamá intentaba enseñarle buenos modales, pero Dilan parecía no entender. Un día, cansada de esta situación, la mamá de Dilan decidió llevarlo a visitar a su abuelita Lola.

Abuelita Lola era una mujer sabia y cariñosa que siempre tenía historias entretenidas para contar. Al llegar a casa de abuelita Lola, Dilan se sentó a la mesa sin muchas ganas.

La abuelita sirvió un delicioso plato de tallarines con salsa y todos comenzaron a comer en silencio. Pero Dilan no pudo contenerse y empezó a jugar con los tallarines, lanzándolos por el aire y riéndose. "Dilan querido, ¿por qué haces eso?" - preguntó abuelita Lola con calma.

"¡Es divertido abuela!" - respondió Dilan riendo. Abuelita Lola lo miró fijamente y le dijo: "Dilan, es importante comportarse bien en la mesa.

No solo se trata de ensuciar o no ensuciar, sino de mostrar respeto por la comida que tenemos en nuestro plato y por las personas que cocinaron para nosotros". Dilan bajó la mirada avergonzado. Nunca había pensado en eso antes. Abuelita Lola continuó: "Además, cuando tiramos comida estamos desperdiciando lo que otros necesitan y trabajaron para darnos.

Es importante valorar lo que tenemos". Las palabras de abuelita Lola resonaron en el corazón de Dilan. Comenzó a reagarrar los tallarines del suelo y pidió disculpas por su mal comportamiento.

A partir de ese día, Dilan aprendió a comportarse adecuadamente en la mesa. Cuando regresaron a casa, Dilan le mostró a su mamá todo lo que había aprendido ese día.

Desde entonces, cada vez que se sentaban juntos a comer, recordaban las enseñanzas de abuelita Lola y disfrutaban de sus comidas sin incidentes. Dilan comprendió que ser educado va más allá de simplemente seguir reglas; se trata de demostrar amor y gratitud hacia los demás en todas las situaciones.

Y así, gracias al sabio consejo de abuelita Lola, se convirtió en un niño ejemplar tanto en la mesa como fuera de ella. Y colorín colorado ¡este cuento sobre buenos modales ha terminado!

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!