Los Monitos de las Cataratas del Niagara
Los cuatro monitos estaban maravillados mirando la majestuosidad de las Cataratas del Niagara. El sonido del agua cayendo resonaba en sus oídos mientras disfrutaban de la vista.
De repente, el estómago de uno de los monitos comenzó a gruñir tan fuerte que los otros tres no pudieron evitar reírse. -¡Parece que alguien tiene mucha hambre! -dijo Brown, el mono más travieso del grupo.
-¡Sí, necesito urgentemente algo para comer! ¡Quiero plátanos! -exclamó Green, con cara de preocupación al no encontrar ninguna banana cerca. Fue entonces cuando Pink recordó haber visto un café de pancakes cercano a las cataratas.
Sin dudarlo, los cuatro monitos se dirigieron hacia el café en busca de algo delicioso para calmar el hambre de Green. Al entrar al café, fueron recibidos por un aroma dulce y tentador que les hizo agua la boca. Se sentaron en una mesa y observaron el menú con curiosidad.
El camarero se acercó amablemente y les preguntó qué deseaban ordenar. -¿Tienen pancakes con plátanos? -preguntó Green con esperanza en sus ojos. -Sí, claro que sí. ¡Son nuestra especialidad! -respondió el camarero con una sonrisa.
Los monitos no podían creer su suerte y pidieron un montón de pancakes con plátanos para compartir entre todos. Mientras esperaban su pedido, comenzaron a charlar animadamente sobre lo hermosas que eran las cataratas y lo emocionante que había sido este viaje juntos.
Finalmente, llegaron los pancakes humeantes adornados con rodajas de plátano fresco y sirope dorado. Los monitos se relamían los labios antes de darle un mordisco a aquella delicia recién salida de la cocina. -¡Qué rico está esto! -exclamó Blue entre bocado y bocado.
-¡Sí, definitivamente valió la pena venir hasta aquí por estos pancakes! -agregó Pink con alegría. Después de saborear cada bocado, los monitos se despidieron agradecidos del amable personal del café y continuaron su aventura por las cataratas llenos de energía y felicidad.
Aprendieron que siempre hay soluciones creativas para saciar el hambre y que compartir momentos especiales entre amigos hace todo mucho más divertido.
Y así, aquel día quedó grabado en sus mentes como una experiencia inolvidable llena de risas, sabores nuevos y amistad verdadera bajo el estruendo impresionante de las Cataratas del Niagara.
FIN.