Los Monitos y su Primer Día de Escuela



Era un hermoso día soleado en la selva. Los pájaros cantaban y los árboles se mecían suavemente con el viento. Tres monitos traviesos, Tito, Lili y Pipo, estaban emocionados. Hoy era su primer día en la escuela de la Selva Educativa.

"¡No puedo esperar para conocer amigos nuevos!" dijo Tito, saltando de rama en rama.

"Yo quiero aprender a contar cosas y pintar con colores brillantes!" exclamó Lili, moviendo su colita con alegría.

"Y yo quiero jugar en el recreo todo el tiempo!" añadió Pipo, mientras giraba en círculos.

Cuando llegaron a la escuela, se encontraron con un edificio colorido, decorado con dibujos de animales. Había leones leyendo libros, elefantes pintando y tortugas contando cuentos. Todo parecía mágico.

"¡Miren lo grande que es todo!" dijo Tito con los ojos brillantes.

"Sí, ¡es como un mundo nuevo!" coincidió Lili.

"Vamos a entrar ya!" urgió Pipo, empujando la puerta.

Una vez dentro, los monitos se encontraron con su maestra, la sabia búho Doña Ovelia.

"¡Bienvenidos, pequeños!" les dijo con una sonrisa.

"Hola, Doña Ovelia!" respondieron a coro los monitos.

Doña Ovelia les mostró su salón. Había un rincón de libros llenos de historias, un área de manualidades con muchos materiales y un espacio para jugar. En ese momento, los monitos vieron a otros animalitos jugando en el patio.

"¿Nos podemos ir a jugar?" preguntó Lili entusiasmada.

"Por supuesto! Pero primero vamos a conocer a los demás" respondió la búho.

Así que los tres monitos se acercaron cautelosamente. Tito empezó a hablar con un simpático lobo.

"Soy Tito, ¿y vos?"

"Yo soy Lucas, ¡bienvenido!"

Lili se presentó a una tortuga.

"Soy Lili, ¿te gusta dibujar?"

"Me encanta, ven a dibujar conmigo!"

Pipo, por otro lado, se unió a un grupo de conejitos saltarines.

"¡Hola, yo soy Pipo! ¿Jugamos al escondite?"

"¡Sí! ¡Vamos!"

Mientras jugaban, Tito, Lili y Pipo se dieron cuenta de que había más compañeros de juego y eso los hacía sentir muy felices. En medio de la diversión, un pequeño pajarito se acercó a ellos.

"¿Puedo jugar con ustedes?" preguntó con la voz bajita.

Los monitos se miraron entre sí y Tito dijo:

"Claro que sí, ven!"

Todos juntos jugaron y se rieron, creando un nuevo vínculo.

Cuando el día llegó a su fin, Doña Ovelia reunió a todos.

"¿Se divirtieron?"

"¡Sí!" gritaban todos.

"Recuerden, siempre deben ser amigos y compartir, así la diversión es mayor".

"¿Te acordás, Lili? ¡Un buen amigo hace la fiesta mejor!" dijo Pipo riéndose.

Los monitos volvieron a casa, contentos y llenos de nuevas experiencias.

"¿Lo mejor del día? Hacer nuevos amigos!" dijo Tito.

"Sí!" repitieron Lili y Pipo.

Y así, los tres monitos aprendieron que compartir y ser amables es lo más importante en la vida.

**Moraleja: Un verdadero amigo es aquel que sabe compartir y hacerte sentir bien.**

FIN.

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