Los Monstruos de Colores
En un lejano valle, habitaba una comunidad de monstruos de colores. Cada uno de ellos representaba una emoción: el Monstruo Azul era la tristeza, el Monstruo Rojo la ira, el Monstruo Verde la calma, el Monstruo Amarillo la alegría, y el Monstruo Morado el miedo. Estos monstruos vivían en armonía, pero un día, una extraña neblina comenzó a envolver el valle, haciendo que sus colores se desvanecieran.
Los monstruos, preocupados por lo que les sucedía, decidieron emprender un viaje en busca de una solución. En su travesía, descubrieron que la neblina provenía del Monte Gris, un lugar oscuro y desolado donde reinaba la tristeza. Determinados a restaurar sus colores, los monstruos se dispusieron a escalar la montaña.
En su camino, enfrentaron diversas pruebas. El Monstruo Amarillo tuvo que superar su miedo a la oscuridad, el Monstruo Rojo debió controlar su ira ante los obstáculos, el Monstruo Verde mantuvo la calma en momentos de tensión, el Monstruo Azul encontró la fuerza para dejar atrás su tristeza, y el Monstruo Morado aprendió a enfrentar sus miedos.
Finalmente, llegaron a la cima del Monte Gris, donde se encontraron con el Ser de la Neblina, una criatura oscura que se alimentaba de las emociones de los monstruos. Con valentía y trabajo en equipo, lograron disipar la neblina con el poder de sus emociones y recuperaron sus colores. La luz volvió al valle y los monstruos de colores regresaron a su hogar, sabiendo que juntos podían superar cualquier adversidad.
Y así, los monstruos de colores compartieron su experiencia con otros habitantes del valle, enseñándoles la importancia de reconocer y manejar sus emociones, y demostrando que trabajar en equipo y enfrentar los desafíos nos hace más fuertes y coloridos.
FIN.