Los Monstruos Miedosos y la Noche Estrellada



Érase una vez, en el oscuro y profundo Bosque de los Susurros, vivían tres monstruos llamados Bumpi, Rumo y Zizi. A diferencia de otros monstruos que asustaban a los niños, los tres eran muy miedosos y solían esconderse debajo de sus camas cada vez que oían un ruido. Bumpi era animal y grande, Rumo era de color azul y tenía un ojo grande en el medio de su frente, y Zizi era pequeña y tenía alas que nunca se atrevía a volar.

Una noche, mientras los tres se acurrucaban debajo de la cama de Bumpi, Ocre, la estrella más brillante del cielo, empezó a brillar intensamente. El destello iluminó la habitación y mostró sus rostros asustados.

"¿Qué fue eso?" - susurró Rumo temblando.

"No sé, pero no me gusta nada" - respondió Zizi, tapándose los ojos con sus pequeñas manos.

"Es solo una estrella, no hay que tenerle miedo" - intentó calmar Bumpi.

Pero a pesar de sus palabras, los tres seguirían con su miedo cada vez que la noche caía. Al día siguiente decidieron salir de su cueva para investigar qué había más allá del bosque. Los tres monstruos estaban listos para enfrentarse al mundo, o al menos eso decían. Pero al acercarse al claro, vieron a un grupo de pequeños animales que estaban organizando un desfile de linternas.

"Mirá, hay animales..." - dijo Rumo, escondiéndose tras una roca.

"¡Nos van a asustar!" - chilló Zizi, temblando.

"No hay razón para asustarse de ellos, a lo mejor están organizando algo divertido" - Bumpi trató de ser valiente.

Finalmente, decidieron observar desde lejos. Los animales se reían y jugaban, haciendo las lámparas de papel que encendían sus miradas. Cuando una ardillita de pelaje suave pasó cerca, Bumpi sintió que tenía que hacer algo.

"¡Hola!" - gritó, con una voz temblorosa. La ardillita se detuvo y miró a Bumpi con curiosidad.

"¡Hola! ¿Quién es vos?" - preguntó la ardillita.

"Soy Bumpi, y estos son mis amigos Rumo y Zizi" - respondió.

"¡No sean miedosos, vengan a ayudarnos!" - invitó la ardillita.

Los tres monstruos se miraron entre ellos. Fue Zizi la primera en romper el silencio.

"Pero, ¿y si nos asustan todo el tiempo?" - dijo con una voz temblorosa.

"Seguro que no. ¡Nunca hemos visto linternas de papel! ¡Es una oportunidad para aprender y jugar!" - agregó Rumo, entusiasmándose.

Con mucho esfuerzo, los monstruos decidieron unirse al grupo. Los animales les enseñaron a hacer linternas de papel, a pintar con colores brillantes y a crear melodías con sus pequeñas voces. La noche llegó y los monstruos brillaron junto a las linternas que habían creado.

"¡Qué lindo se ve todo!" - exclamó Zizi, sintiéndose más valiente por fin.

"Nunca pensé que sería tan divertido estar aquí" - murmuró Bumpi, contento.

"Mirá, Zizi, ¡podés volar!" - gritó Rumo al ver cómo su amiga había empezado a dar pequeños saltitos en el aire.

Los monstruos se dieron cuenta de que sus miedos se desvanecían, y cada vez que un ruido extraño aparecía, se reían y seguían disfrutando del festejo. A partir de esa noche, Bumpi, Rumo y Zizi se convirtieron en los mejores amigos de los animales del bosque.

Y así, en lugar de permanecer asustados en la oscuridad, decidieron enfrentar sus temores, y a partir de entonces cada noche fue una fiesta en el Bosque de los Susurros, llena de risas, luces y mucha alegría para todos.

Y colorín colorado, esta historia se ha terminado. ¿Te atreverías tú también a enfrentar lo que más temes?

FIN.

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