Los Niños Aventureros y el Viaje al Sistema Solar
Un hermoso día en el barrio, un grupo de amigos muy curiosos, Alberto, Sofía y Lucas, decidieron que era hora de una nueva aventura. Mientras jugaban en el parque, Alberto miró al cielo y dijo:
"¡Che, miren! ¡El sol brilla con todas sus fuerzas!"
"¡Sí! Y la luna se ve espectacular esta noche," comentó Sofía, "pero siempre me pregunto, ¿qué habrá más allá de lo que podemos ver?"
"¿Qué tal si hacemos un viaje al espacio y descubrimos el Sistema Solar?" sugirió Lucas, muy emocionado.
Los amigos se miraron, y con una sonrisa cómplice, decidieron construir una nave espacial en el patio de Lucas usando cartones, pintura y mucha imaginación. Cada uno tenía una tarea especial: Alberto se encargó del diseño, Sofía decoró la nave con estrellas y planetas, y Lucas se ocupó del motor (que sería una caja de cartón vacía).
"¡Listo!" exclamó Lucas, tras un rato de trabajo duro. "Nuestra nave está lista para despegar. ¡Vamos a viajar por el Sistema Solar!"
"¿Cómo hacemos para despegar?" preguntó Sofía.
"Simple. Contemos hasta tres y saltamos. ¡Uno, dos, tres!" dijo Alberto, y todos saltaron juntos, sintiendo que realmente estaban despegando.
Al caer al suelo, los amigos se encontraron rodeados de estrellas brillantes, como si realmente estuvieran en el espacio. De repente, una voz profunda resonó a su alrededor.
"¡Bienvenidos al Sistema Solar! Soy el Guardián del Espacio."
Los amigos se miraron con ojos muy abiertos, llenos de asombro.
"¿Guardia del Espacio?" preguntó Lucas.
"Sí, soy el protector de los planetas. Aquí están todos, ¿quieren conocerlos?"
"¡Sí!" gritaron los tres al unísono.
Los niños subieron a su nave y el Guardián comenzó a guiarlos.
"Primero visitaremos Mercurio, el planeta más cercano al sol. Es un lugar caluroso y lleno de cráteres," explicó el Guardián mientras la nave se acercaba a un planeta pequeño y gris.
"¡Es tan caliente!" gritó Sofía.
"Es por eso que no hay vida aquí," agregó Alberto pensativo.
Después, dejaron Mercurio atrás y fueron hacia Venus, que brillaba como una joya.
"Venus tiene una atmósfera muy densa y nublada," dijo el Guardián.
"¿Podrá haber vida allí?" preguntó Sofía.
"No realmente, sus temperaturas son extremadamente altas. ¡Viajemos al siguiente!" exclamó el Guardián.
A medida que exploraban Marte, Sofía preguntó:
"¡Hey, hay montañas y hasta un volcán!"
"Sí, ese es Olympus Mons, el volcán más grande del Sistema Solar. Pero no hay agua, ¡así que no podemos quedarnos!", respondió Lucas con ojos brillantes mientras la nave se movía hacia Júpiter.
Cuando llegaron al gigante gaseoso, la nave fue sacudida por una fuerte tormenta.
"¡Ay!" gritó Alberto.
"¡Esto es emocionante!" exclamó Sofía.
"¡Aguanten!" dijo el Guardián, y manipuló la dirección de la nave con un gesto de su mano.
Finalmente, llegaron a Saturno con sus impresionantes anillos.
"¡Es hermoso!" dijo Sofía mientras admiraba la vista.
"Podríamos estar aquí toda la vida observando," comentó Lucas.
"Quiero ver a Urano y Neptuno también. ¡Estos planetas son increíbles!" agregó Alberto.
Después de Saturno, contaron las sorpresas de Urano y sus anillos, y luego navegaron hacia el frío y lejano Neptuno.
"¿Saben? Aquí también hay vientos muy fuertes, más de 2000 km por hora", dijo el Guardián con su voz profunda.
De repente, sintieron que la nave temblaba otra vez.
"¿Qué pasa?" preguntó Sofía, asustada.
"Parece que un meteoro se aproxima. ¡Tienen que ayudarme a estabilizar la nave!"
"¿Cómo lo hacemos?" preguntó Lucas.
"¡Usen sus manos para guiar el rumbo!"
Los niños se aferraron a los controles de la nave e hicieron lo que el Guardián les dijo. Con esfuerzo y trabajo en equipo, lograron evitar el meteoro y luego de un momento de tensión, todos aplaudieron aliviados.
"Lo hicimos juntos!" celebró Alberto.
Finalmente, el Guardián les llevó de regreso a la Tierra.
"Cada planeta tiene su propio encanto y lecciones, pero lo más importante es cómo trabajan en equipo. ¡Eso les llevará lejos!" dijo el Guardián mientras la nave aterrizaba.
Cuando aterrizaron, los amigos se abrazaron, sabiendo que su amistad había crecido, junto a la increíble aventura que vivieron.
"Definitivamente tenemos que seguir explorando juntos," propuso Sofía.
"¡Sí! ¿Quién sabe qué otras aventuras nos esperan?" concluyó Lucas.
Y así, los Niños Aventureros comenzaron a planear su próximo viaje, esta vez hacia el océano, donde nuevas aventuras los estaban esperando, llenas de misterios y maravillas por descubrir.
FIN.