Los niños de tercero A viajan al espacio



En la escuela primaria del barrio, los alumnos de tercero A estaban ansiosos porque ese día tenían una clase muy especial. Su maestra, la señorita Clara, había prometido llevarlos a un viaje increíble. Mientras todos se sentaban en círculos en el aula, la señorita Clara sonrió y dijo: - Hoy vamos a aprender sobre el espacio, pero de una manera diferente. - ¿Cómo? - preguntó Sofía con los ojos bien abiertos. - Vamos a usar nuestra imaginación y viajar con nuestra mente. - ¡Eso suena genial! - gritó Julián.

La maestra empezó a contarles sobre los planetas, las estrellas y las galaxias, y al final de la clase, les pidió que cerraran los ojos y se imaginaran que estaban en una nave espacial. - ¡Cuenten hasta tres y cuando abran los ojos, estarán en el espacio! - les dijo. - Uno, dos, tres... - Todos los chicos abrieron los ojos y, para su sorpresa, ¡realmente estaban volando en una nave!

- ¡Miren! - dijo Mateo, apuntando por la ventana. - ¡Es la Tierra! - Todos se asomaron y vieron un hermoso planeta azul.

De repente, comenzaron a caer en picada. - ¿Qué está pasando? - preguntó Valentina asustada. - No se preocupen, en las películas también pasan cosas así - tranquillo Julián. La nave aterrizó de golpe en un extraño planeta lleno de criaturas divertidas.

- ¡Bienvenidos a Glorpidia! - dijo una criatura con grandes ojos y una risa contagiosa. - Soy Glorpie, el guardián del planeta. - ¡Nos encanta tu planeta! - exclamó Sofía. - Pero tenemos que volver a casa. ¿Podrás ayudarnos? - Claro, pero primero tendrán que resolver un pequeño enigma.

Los niños se miraron entre ellos con curiosidad. - El lema de Glorpidia es 'La amistad y el conocimiento nos hacen fuertes'. ¡Tienen que demostrarme que son amigos y que comparten lo que saben!

Así, comenzaron a jugar varios juegos cooperativos. - ¡Yo sé muchas cosas sobre los planetas! - dijo Mateo. - Y yo puedo contarles chistes para que todos se rían, eso ayuda si alguien está nervioso - agregó Julián.

Tras varias horas de juegos, Glorpie sonrió. - He visto cómo se ayudan unos a otros, ¡están listos para regresar! - ¡Sí! - gritaron todos al unísono.

Glorpie les dio un cristal brillante. - Este cristal los llevará de regreso a su hogar. Solo concéntrense en lo que más aman de su planeta. - Los niños se abrazaron y todos juntos gritaron: '¡Queremos volver a casa!'. Al instante, una luz brillante los envolvió y, en un parpadeo, volvieron al aula.

La señorita Clara los miraba sorprendida. - ¿Qué sucedió? - Les contamos sobre Glorpidia y sus juegos - dijo Valentina emocionada. - ¡Fue increíble! - agregó Julián. - Aprendimos que ser amigos y compartir lo que sabemos es muy importante. - La maestra sonrió y dijo: - Vieron, ¡el espacio no solo está en el cielo, también está en nuestros corazones cuando estamos juntos!

Desde ese día, los niños de tercero A no solo aprendieron sobre el espacio, sino también sobre la amistad, la cooperación y lo valioso que es compartir conocimiento. Y cada vez que miraban las estrellas por la noche, se acordaban de Glorpidia y del viaje que nunca olvidarían.

FIN.

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