Los números mágicos



Había una vez, en la misteriosa cueva de Alibabá, un grupo de amigos aventureros: Juanito, Martita y Carlitos. Un día, mientras exploraban la cueva, descubrieron un extraño pasadizo secreto. Intrigados por lo desconocido, decidieron adentrarse en él.

Caminaron durante horas y finalmente llegaron a una enorme sala llena de números flotando en el aire. Parecían mágicos. - ¡Guau! ¡Miren todos estos números! -exclamó Martita asombrada. - Sí, pero ¿qué hacemos aquí? -preguntó Juanito confundido.

En ese momento, un viejo sabio apareció frente a ellos. Era el guardián de los números y les explicó que esa sala era conocida como "La Sala Matemática" y tenía el poder de enseñarles sobre las maravillas de los números.

- Si quieren salir de aquí, deben resolver todos los desafíos matemáticos que les presentaré -dijo el sabio con una sonrisa sabia. Emocionados por aprender algo nuevo y encontrar la salida, los tres amigos aceptaron el reto sin dudarlo.

El primer desafío consistió en sumar varios números diferentes para obtener 100.

Los niños se pusieron manos a la obra y trabajaron juntos para encontrar todas las combinaciones posibles: 50 + 25 + 10 + 15 = 100; 30 + 20 + 50 =100; entre otras más. El segundo desafío fue multiplicar dos números cuyo resultado fuera igual a uno dado por el sabio: —"666" .

Después de mucho pensar y probar distintas combinaciones, Juanito y Martita descubrieron la respuesta correcta: 18 x 37 = 666. El tercer desafío resultó ser un laberinto numérico. Los amigos tenían que seguir una serie de números en orden ascendente para llegar a la salida.

Pero los números estaban mezclados y debían hallar el patrón correcto para encontrar el camino correcto. Trabajaron juntos, sumando y restando, hasta que finalmente lograron resolverlo. Después de superar todos los desafíos, el sabio les felicitó y les mostró la salida de la Sala Matemática.

- Han demostrado tener un gran conocimiento matemático y trabajar en equipo. Estoy orgulloso de ustedes -dijo el sabio con admiración-. Recuerden siempre lo valiosos que son los números en nuestras vidas.

Los tres amigos salieron de la cueva con una nueva perspectiva sobre las matemáticas. Se dieron cuenta de lo divertido que podía ser aprender sobre números y cómo estos se relacionan con todo lo que nos rodea.

Desde ese día, Juanito, Martita y Carlitos se convirtieron en grandes entusiastas de las matemáticas. Comenzaron a ayudar a sus compañeros de clase con problemas numéricos difíciles y crearon juegos matemáticos para enseñar a otros niños.

Así es como tres pequeños aventureros encontraron algo más valioso que cualquier tesoro: el amor por las matemáticas y la alegría de compartir su conocimiento con otros. Y así vivieron felices mientras exploraban nuevos horizontes llenos de números mágicos.

FIN.

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