Los Números y los Secretos del Binario



Era una tarde soleada en el Bosque de los Números, donde todos los dígitos del 0 al 9 jugaban felices a la escondida. Era un juego que les encantaba, lleno de risas y emoción. El número 1 había sido elegido como el que cuenta, y con los ojos bien cerrados, comenzó a contar con su voz melodiosa.

"Uno, dos, tres..." - iba diciendo el 1, mientras los demás números corrían a buscar un buen escondite. El 0 se metió detrás de un tronco, tratando de no ser descubierto.

Al llegar al número 10, el 1 abrió los ojos "¡Listo o no, allá voy!"-. Comenzó a buscar a sus amigos. Miró detrás de las hojas, debajo de las piedras y hasta en los arbustos. Pero, para su sorpresa, solo pudo encontrar al 0.

"Hola, 0, ¿cómo estás?" - dijo el número 1.

"¡Hola! Estoy bien, pero los demás deberían haber aparecido ya. ¿Dónde estarán?" - respondió el 0, intrigado.

El 1 se encogió de hombros. "No lo sé, pero parece que se han escondido muy bien".

El día avanzaba y el sol comenzaba a ocultarse. El 1 y el 0 decidieron que era momento de buscar a los otros números. Juntos, empezaron a llamarlos, pero no hubo respuesta.

"¿Qué tal si les hacemos una señal?" - sugirió el 0, entusiasmado.

"Muy buena idea, 0. Pero, ¿cómo hacemos eso?" - preguntó el 1.

Entonces, el 0 tuvo una idea brillante. "Podemos usar un código especial. ¡El código binario!" -rió. El 1 se quedó confuso.

"¿Códigos binarios? ¿Qué es eso?"

"Es un lenguaje que habla en ceros y unos. Cada número puede transformarse en un código, y así podremos comunicarnos con los demás números" - explicó el 0 entusiasmado.

"¡Hagámoslo!" - exclamó el 1. Ambos números comenzaron a pensar en cómo deberían transformarse.

Entonces, el número 0 se convirtió en el binario —"0"  y el 1 se transformó en el binario —"1" . Se miraron y decidieron que cada número del 2 al 9 también se convertiría, a su manera, en su versión binaria.

Al poco tiempo, los números 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9 aparecieron en forma de códigos binarios:

"10"  (2)

"11"  (3)

"100"  (4)

"101"  (5)

"110"  (6)

"111"  (7)

"1000"  (8)

"1001"  (9)

"¡Hola!" - dijeron todos juntos, alegres de volver a hablarse.

"¡Los encontramos! ¿Qué pasó?" - preguntó el 1, sorprendido por cómo se veían.

"Estábamos jugando a escondernos en un mundo diferente, pero cuando supimos que estábamos en problema, decidimos comunicarnos en binario. ¡Es muy divertido!" - explicó el 2.

Todos los números se miraron con alegría y comprendieron que, aunque estaban escondidos, siempre encontrarían la manera de volver a unirse. Después de todo, ¡los números eran amigos! Y ahora también conocían el maravilloso mundo del binario.

"¡Claro! Y aprender ese código nos hizo más unidos" - dijo el 0.

"Deberíamos jugar así más seguido" - sugirió el 1, alegre de tener a todos de vuelta.

Y así, en esa tarde soleada, los números decidieron que cada vez que jugaran a las escondidas, se comunicarían en binario. Habían aprendido que, a pesar de las diferencias y las distancias, la amistad siempre encontraba la forma de unirse, y cada herramienta nueva que aprendían solo los hacía más fuertes. Sabían que tenían muchas aventuras por delante, explorando no solo el mundo numérico, sino también el enigmático código binario.

"¿Quién quiere contar ahora?" - preguntó el 9.

"Yo quiero ser el próximo" - alzó la mano el 5.

Y así, entre risas y juegos, continuaron su fiesta de números, siempre unidos y nunca más solos.

FIN.

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