Los ositos valientes



Había una vez en un hermoso bosque un par de ositos llamados Gino y Maitena. Ellos eran los mejores amigos y les encantaba pasar el tiempo juntos jugando entre los árboles y explorando cada rincón del bosque.

Un día, mientras jugaban a las escondidas, se dieron cuenta de que ya estaba anocheciendo. Las estrellas comenzaron a brillar en el cielo y la luna iluminaba su camino.

Gino miró a Maitena con preocupación y le dijo: "Maiti, ¿qué vamos a hacer? Se está haciendo tarde y debemos volver a casa para cenar". Maitena asintió con tristeza pero no sabía cómo regresar al hogar. Sin embargo, Gino siempre tenía una solución para todo.

Con su voz entusiasta dijo: "¡No te preocupes, Maiti! ¡Yo sé cómo llegar! Sigue mi camino". Ambos ositos caminaron por el oscuro bosque siguiendo las huellas que Gino encontraba en el suelo.

A pesar de que tenían miedo, se apoyaban mutuamente para mantenerse valientes. Después de un rato caminando, escucharon un extraño sonido proveniente de unos arbustos cercanos. Los dos ositos se detuvieron asustados pero decidieron investigar qué era lo que había detrás del ruido.

Con mucho cuidado, levantaron unas ramas y descubrieron a un pequeño pajarito atrapado entre ellas. El pajarito estaba asustado y tembloroso bajo la luz de la luna. Gino rápidamente extendió sus brazos hacia el pajarito y le dijo: "No te preocupes, pequeño amigo.

Vamos a ayudarte". Con mucho cuidado, Gino liberó al pajarito de las ramas y lo dejó volar hacia la libertad. El pajarito les dio las gracias con un hermoso canto y les dijo: "Ustedes son verdaderos héroes.

Ahora, sigan su camino hacia casa". Llenos de alegría por haber ayudado a alguien, Gino y Maitena continuaron su camino en busca de su hogar.

Siguiendo las huellas que encontraban en el suelo, finalmente llegaron a una clara donde se encontraba una pequeña casita. Allí los esperaba mamá osa con una deliciosa cena caliente lista para ser compartida en familia. Gino y Maitena se sintieron muy felices al verla y abrazaron a mamá osa con cariño.

Después de disfrutar de una rica cena juntos, mamá osa los llevó hasta sus camitas acogedoras para dormir. Antes de cerrar los ojitos, Gino le susurró algo al oído de Maitena.

"Maiti, hoy aprendimos que siempre podemos encontrar nuestro camino si mantenemos la valentía en nuestros corazones y nos apoyamos mutuamente. "Maitena sonrió dulcemente mientras cerraba los ojos y respondió: "Tienes razón, Gino. Nunca debemos tener miedo cuando estamos juntos".

Y así, con esa valiosa lección aprendida, los dos ositos se durmieron plácidamente sabiendo que siempre podrían enfrentar cualquier desafío juntos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!