Los Ositos Valientes


Había una vez una niña llamada Risitos de Oro que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. Risitos era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras exploraba el bosque, se encontró con tres ositos que estaban jugando cerca de su casa. Los ositos se llamaban Oso Grande, Oso Mediano y Oso Pequeño.

Risitos se acercó a ellos y les preguntó: "Hola chicos, ¿qué están haciendo?"Oso Grande respondió: "Estamos construyendo una casa para vivir juntos". Risitos de Oro sonrió y dijo: "¡Eso suena emocionante! ¿Puedo ayudarlos?"Los ositos aceptaron encantados la ayuda de Risitos. Juntos trabajaron arduamente para construir la casa perfecta.

Cada uno tenía sus propias ideas y habilidades únicas. Mientras construían la casa, surgieron algunos desafíos. A veces no estaban de acuerdo sobre cómo hacer las cosas o qué materiales usar. Pero en lugar de pelearse, aprendieron a escucharse mutuamente y trabajar en equipo.

Una tarde, cuando estaban terminando el techo de la casa, llegó un lobo hambriento al bosque. El lobo olfateó el delicioso aroma a comida que salía de la casa recién construida.

El lobo decidió espiar a los ositos antes de atacar. Se acercó sigilosamente a través del bosque hasta llegar al rincón trasero donde había una ventana abierta. Desde afuera pudo ver cómo los osos disfrutaban del almuerzo preparado por Risitos de Oro.

El lobo se relamió los bigotes y pensó en cómo podría entrar sin ser notado. Risitos, que siempre estaba atenta a su entorno, notó algo extraño. Mirando por la ventana vio al lobo acechando fuera de la casa.

Sabía que tenía que hacer algo para proteger a sus nuevos amigos.

Sin perder tiempo, Risitos les dijo rápidamente a los osos: "¡Chicos, hay un lobo afuera! ¿Qué podemos hacer?"Oso Grande pensó rápido y dijo: "Vamos a cerrar todas las ventanas y asegurarnos de que todas las puertas estén bien cerradas". Mientras Oso Mediano y Oso Pequeño seguían las instrucciones de Oso Grande, Risitos tuvo una idea brillante. Tomó algunos troncos del bosque y los colocó en el interior de la chimenea.

Cuando el lobo intentó entrar por la chimenea, encontró un obstáculo inesperado. Los troncos bloquearon su paso y no pudo avanzar. El lobo se enfureció y comenzó a golpear con fuerza la chimenea para intentar liberarse.

Pero los osos habían construido una casa fuerte que resistió todos sus embates. Finalmente, el lobo se rindió y huyó del bosque en busca de comida más fácil. Los ositos estaban muy agradecidos con Risitos por haberlos salvado del peligro del lobo.

Se dieron cuenta de lo importante que era trabajar juntos como equipo y escuchar las ideas de cada uno. Desde ese día, Risitos se convirtió en una amiga inseparable de los osos.

Juntos, exploraban el bosque y vivían muchas aventuras emocionantes. Y así, Risitos de Oro y los ositos demostraron que cuando trabajas en equipo y escuchas a los demás, puedes superar cualquier desafío que se presente en tu camino.

Dirección del Cuentito copiada!