Los Osos Aprenden a Contar



Había una vez en el bosque Encantado, tres simpáticos ositos llamados Benito, Peluche y Rosita. Ellos eran los ositos más curiosos y aventureros de todo el bosque. Un día, mientras exploraban la orilla del lago, descubrieron a una familia de patos contando los huevos que había en su nido.

- ¡Vaya, qué interesante! -exclamó Benito emocionado-. ¿Ustedes sabían que se pueden contar cosas?

- ¿Contar? ¿Qué es eso? -preguntó Peluche un poco confundido.

- Contar es saber cuántas cosas hay en un grupo. Por ejemplo, cuántos huevos hay en ese nido, o cuántas frutas hay en un árbol.

Los tres ositos quedaron maravillados con la idea de saber cuántas cosas había a su alrededor. A partir de ese momento, decidieron aprender a contar. Así que se acercaron a la mamá osa, quien era muy sabia, y le pidieron que les enseñara a contar. La mamá osa les explicó que para contar, debían aprender los números del 1 al 10, y luego practicar contando objetos. Los ositos, con mucha dedicación, aprendieron del 1 al 10 y salieron a practicar lo aprendido.

- Miren, aquí hay cinco flores. ¿Cómo se dirá en números? -preguntó Rosita señalando las flores.

- Cinco -respondieron al unísono Benito y Peluche.

Emocionados por su nuevo conocimiento, los ositos siguieron buscando cosas para contar. Contaron piedras, mariposas, nubes, y todo lo que encontraban a su paso. Un día, mientras estaban contando piñas caídas de un árbol, escucharon un susurro proveniente de un arbusto cercano. Se acercaron con curiosidad y descubrieron a un duendecillo muy anciano.

- ¿Qué están haciendo, jóvenes ositos? -preguntó el duendecillo con una sonrisa.

- Estamos contando las piñas, ¿usted también sabe contar? -preguntó Peluche emocionado.

- Por supuesto, he estado contando desde que era un duendecillo pequeño. Si quieren, puedo enseñarles algunos trucos para contar más rápido.

Los ositos, emocionados, aceptaron la ayuda del duendecillo. Aprendieron trucos de conteo y se volvieron expertos en contar. Con su nuevo talento, ayudaron a los otros animales del bosque a contar sus cosas y todos estaban muy agradecidos. Los ositos incluso organizaron un concurso de conteo, donde todos los animales participaron y se divirtieron mucho. Desde ese día, los ositos se convirtieron en los mejores contadores del bosque Encantado, y su amistad con el duendecillo anciano duró para siempre. Y colorín colorado, este cuento ha terminado.

FIN.

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