Los Osos en la Escuela Humana



Había una vez una familia de osos que vivían en lo alto de una montaña. Estaba el papá oso, la mamá oso y tres ositos muy traviesos: Osi, Osa y Osito.

A pesar de ser osos, les encantaba aprender cosas nuevas y explorar el mundo que los rodeaba. Un día, mientras jugaban cerca de la cueva, escucharon unos ruidos extraños provenientes del otro lado de la montaña. Curiosos, decidieron investigar qué era ese sonido tan peculiar.

Al llegar al lugar, descubrieron que se trataba de una pequeña escuela donde los niños humanos aprendían muchas cosas interesantes. Los ositos se acercaron con cautela a observar a través de las ventanas.

Quedaron maravillados al ver a los niños cantando, bailando y riendo junto a un simpático peluche rojo llamado Elmo. Desde ese momento, los ositos supieron que querían ir a esa escuela para aprender también.

"¡Mamá, papá! ¡Queremos ir a la escuela como los niños!", exclamó emocionado Osito. La mamá oso y el papá oso se miraron sorprendidos por la petición de sus hijos pero luego sonrieron ante su entusiasmo por aprender algo nuevo. "Está bien, mis queridos ositos.

Iremos juntos a hablar con la maestra para ver si podemos inscribirnos en la escuela", dijo la mamá oso con ternura. Al día siguiente, toda la familia de osos se presentó en la puerta de la escuela.

La maestra les dio la bienvenida con alegría y les explicó que no había ningún problema en que los ositos asistieran a clases siempre y cuando respetaran las reglas del lugar. Los días pasaron y los ositos demostraron ser alumnos ejemplares.

Aprendieron matemáticas contando frutas del bosque, ciencias observando insectos curiosos y literatura leyendo cuentos bajo el sol. Incluso Elmo les enseñó canciones divertidas que cantaban juntos en el patio durante el recreo.

Una tarde, durante una clase al aire libre sobre plantas medicinales impartida por un botánico local invitado por la maestra, Osa recordó algo importante: habían dejado olvidada en casa una planta especial que su mamá utilizaba para preparar remedios caseros cuando estaban enfermos.

"¡Oh no! Mamá necesita esa planta para hacer sus remedios", exclamó preocupada Osa. La familia de osos decidió regresar rápidamente a casa para buscarla antes de que anocheciera. Corrieron montaña abajo guiados por Osito quien conocía un atajo secreto entre los árboles frondosos.

Al llegar a su cueva justo antes del anochecer encontraron todo revuelto: alguien había entrado sin permiso mientras estaban fuera.

Preocupados buscaron entre las hierbas hasta encontrar finalmente la preciada planta medicinal intacta escondida detrás de unas piedras grandes cerca del arroyo cercanoCon alivio llevaron rápidamente lo encontrado hacia adentro donde ya estaba oscureciendo"Gracias chicos por traerla" dijo su madre felizmenteFinalmente comprendieron cuánto significaba trabajar juntos como familia para superar cualquier desafío inesperado.

Y así fue como esta familia aprendió valiosas lecciones tanto dentro como fuera del salón escolar gracias al trabajo en equipo

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!