Había una vez en el bosque encantado, un grupo de pajaritos muy curiosos y juguetones.
Todos los días se reunían en la rama más alta de un frondoso árbol para jugar y aprender cosas nuevas.
Un día, el pajarito más sabio, Tito, propuso organizar una fiesta para celebrar la magia de las matemáticas.
-"¿Una fiesta matemática?
¡Suena genial!" exclamaron los demás pajaritos emocionados.
Así que, rápidamente se pusieron en marcha para preparar la gran celebración.
-"Vamos a necesitar contar cuántas semillas y frutas llevar, para que todos los pajaritos tengan para comer" dijo Tito.
Y así, comenzaron a usar sumas y restas para calcular cuánta comida necesitarían.
Mientras tanto, la pajarita Lola sugirió que para decorar el lugar podrían hacer figuras geométricas con hojas y flores.
-"Sí, y también podemos medir con nuestras alitas cuánto espacio necesitamos para que todos quepamos" agregó Tito.
Entonces, los pajaritos se pusieron a trabajar en equipo, midiendo y calculando con entusiasmo.
La fiesta matemática fue un éxito total, todos los pajaritos comieron y se divirtieron.
Bailaron al compás de patrones matemáticos y resolvieron acertijos numéricos.
Fue una celebración llena de aprendizaje y diversión.
Desde ese día, los pajaritos comprendieron que las matemáticas están en todas partes, y que aprenderlas puede ser muy divertido.
Y así, continuaron explorando y disfrutando de las maravillas de las matemáticas en el bosque encantado.