Los pasos mágicos de Alma



Alma era una niña muy especial. Desde pequeña, le encantaban los peluches y pasaba horas jugando con ellos en su habitación. Tenía ositos, conejos, perros e incluso un enorme dinosaurio de peluche que le regalaron sus abuelos.

Pero Alma no solo amaba a sus peluches, también adoraba bailar. Cada vez que escuchaba música, su cuerpo se llenaba de energía y no podía evitar moverse al ritmo de la melodía.

Bailaba por toda la casa, haciendo piruetas y saltos como si estuviera en un escenario.

Un día, mientras estaba jugando con sus peluches y bailando al son de una canción alegre, su mamá entró a la habitación y le dijo: "Alma, cariño, ¿has pensado en tomar clases de baile? Creo que te encantaría aprender diferentes estilos y conocer a otros niños que también les gusta bailar". Alma se emocionó mucho con la idea.

Nunca había tomado clases de baile antes y sabía que sería una gran oportunidad para divertirse aún más. Así que aceptó el consejo de su mamá y comenzó a buscar una academia de danza cerca de su casa. Después de investigar un poco, Alma encontró la Academia "Pasos Mágicos".

Era un lugar lleno de colorido donde niños y niñas aprendían diferentes tipos de danza: ballet clásico, jazz moderno, hip-hop y muchas otras disciplinas fascinantes. El primer día en la academia fue emocionante para Alma.

Conoció a otros niños apasionados por el baile y juntos comenzaron las clases. La profesora era muy amable y les enseñaba las bases de cada estilo de danza. Alma se sentía como una verdadera bailarina profesional. Pero no todo fue fácil para Alma.

En su segunda semana de clases, tuvo que enfrentarse a un desafío inesperado. La profesora anunció que habría una audición para seleccionar a los mejores estudiantes para participar en un espectáculo de fin de año.

Alma se puso nerviosa al escuchar esto. Aunque le encantaba bailar, nunca había pensado en ser parte de un espectáculo frente a tanta gente. Pero su mamá la animó y le recordó lo talentosa que era.

La audición se acercaba y Alma practicaba sin descanso en casa y en la academia. Repetía los movimientos una y otra vez, perfeccionando cada detalle. Sabía que tenía que dar lo mejor de sí misma si quería tener una oportunidad.

Finalmente, llegó el día de la audición. El teatro estaba lleno de padres y familiares ansiosos por ver el talento de sus hijos sobre el escenario. Alma estaba nerviosa pero decidida a demostrar todo lo que había aprendido.

Uno por uno, los niños subían al escenario y realizaban sus rutinas con gracia y precisión. Cuando llegó el turno de Alma, ella respiró profundamente y comenzó a bailar con pasión. Sus movimientos eran tan fluidos y expresivos que todos quedaron cautivados.

Cuando terminó su presentación, hubo un momento de silencio seguido por aplausos ensordecedores del público emocionado. Alma sonrió radiante mientras bajaba del escenario sabiendo que había dado lo mejor de sí misma.

Días después, la profesora anunció los resultados de la audición. Alma fue seleccionada para ser parte del espectáculo de fin de año. Estaba emocionada y agradecida por esta oportunidad que le permitiría demostrar su talento a un público aún más amplio.

El día del espectáculo llegó y Alma se lució en el escenario junto a sus compañeros. Bailaron con tanta pasión y energía que el público no podía dejar de aplaudir al finalizar cada coreografía.

Alma había logrado su sueño gracias a su amor por los peluches, la música y el baile. Aprendió que nunca debemos subestimar nuestras habilidades y siempre debemos seguir nuestros sueños sin importar lo difícil que parezcan.

Desde aquel día, Alma continuó bailando y compartiendo su pasión con todos los que la rodeaban. Pero siempre recordaba sus días jugando con sus queridos peluches en su habitación, donde todo comenzó.

Y así es como Alma, la niña charlatana amante de los peluches y el baile, se convirtió en una verdadera estrella sobre el escenario.

FIN.

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