Los Patitos Aventureros
Había una vez, en un hermoso campo argentino, un grupo de patos que vivían felices junto a un lago. Todos los días nadaban y jugaban en el agua cristalina, disfrutando del cálido sol que les brindaba energía.
Un día, mientras los patitos se divertían chapoteando en el lago, una simpática ardilla llamada Lucas apareció corriendo por el campo. Tenía una cola esponjosa y ojos brillantes como dos luceros.
Los patitos se acercaron curiosos a la ardilla y le preguntaron: "¡Hola Lucas! ¿Qué te trae por aquí?"Lucas respondió emocionado: "¡Hola amigos! Estaba buscando nuevos amigos con quienes jugar. ¿Les gustaría acompañarme al bosque? Allí hay árboles altos para escalar y muchas nueces para comer".
Los patitos se miraron entre sí, intrigados por la propuesta de Lucas. Si bien estaban acostumbrados al lago y al sol, sentían curiosidad por explorar el bosque. "¡Suena muy divertido!" -exclamó uno de los patos-.
"¿Y si vamos todos juntos?"La idea entusiasmó a todos los patitos y decidieron seguir a Lucas hacia el misterioso bosque. Caminaron durante horas, saltando entre las hojas secas y descubriendo nuevas plantas y animales en su camino.
Finalmente llegaron a un hermoso claro rodeado de árboles frondosos. Allí encontraron nueces deliciosas que compartieron con alegría. "¡Qué aventura tan maravillosa!" -dijo uno de los patitos-.
"¡Nunca imaginé que el bosque fuera tan emocionante!"Lucas sonrió satisfecho y les dijo: "El mundo está lleno de sorpresas y lugares por descubrir. A veces, es importante salir de nuestra zona de confort para encontrar nuevas experiencias". Los patitos asintieron, comprendiendo la lección que Lucas les estaba enseñando.
A partir de ese día, se volvieron más valientes y curiosos, explorando diferentes lugares del campo y aprendiendo sobre los animales que habitaban allí. Cada vez que regresaban al lago, contaban alegremente sus aventuras a los demás patos.
Y así, gracias a su amistad con Lucas, se dieron cuenta de que no hay límites para lo que pueden lograr si tienen coraje y están dispuestos a probar cosas nuevas. Y así termina esta historia de amistad y valentía en el campo argentino.
Los patitos aprendieron a disfrutar del lago y el sol, pero también descubrieron la emoción de explorar nuevos horizontes junto a su entrañable amigo ardilla.
FIN.