Los Patos Mágicos y el Niño KJ
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Rincón Verde, un niño llamado KJ. KJ era un niño curioso y aventurero que disfrutaba explorando la naturaleza y haciendo nuevos amigos. Un día, mientras caminaba por el parque del pueblo, se encontró con un estanque. Se acercó y, para su sorpresa, vio muchos patos nadando felices. Pero no eran patos comunes; esos patos eran especiales.
-KJ: «¡Hola, patitos! ¿Por qué nadan tan felices? »
Uno de los patos, que llevaba un pañuelo rojo alrededor del cuello, se acercó a KJ.
-Pato Rojo: «¡Hola, niño! Nosotros vivimos en este estanque mágico. Aquí, cada día es una nueva aventura. Pero necesitamos tu ayuda.»
-KJ: «¿Ayuda? ¿Para qué? »
-Pato Rojo: «Nuestra comida se ha interrumpido porque el camino por el que viene la deliciosa comida de los agricultores se ha bloqueado. Sin comida, no podremos seguir viviendo felices en el estanque.»
KJ se sintió un poco asustado, pero también muy emocionado.
-KJ: «¡Voy a ayudarles! ¿Qué tengo que hacer? »
-Pato Rojo: «Tendrás que atravesar el bosque y encontrar a la señora Mora, quien siempre sabe cómo ayudar. Pero ten cuidado, hay un zorro en el camino que no siempre es amistoso.»
KJ se armó de valor y decidió que iba a ayudar a sus nuevos amigos. Caminó hacia el bosque, pensando en lo que los patos le habían dicho. Mientras avanzaba, escuchó un ruido detrás de un arbusto. Cuando se acercó, vio al zorro.
-Zorro: «¡Hola, niño! ¿A dónde vas tan apresurado? »
KJ, recordando que el zorro no siempre era amistoso, decidió ser astuto.
-KJ: «Voy a llevarle comida a los patos que viven en el estanque, pero me han dicho que el camino está lleno de peligros. ¿Te gustaría ayudarme a encontrar la forma más segura? »
El zorro, sintiéndose intrigado, decidió unirse a KJ. No quería parecer grosero.
-Zorro: «Está bien, te ayudaré. Pero primero, ¿por qué no hacemos una carrera? Yo puedo ser muy rápido cuando quiero.»
-KJ sonrió, emocionado por la idea.
-KJ: «¡Una carrera suena genial! ¡Vamos! »
Los dos corrieron juntos hacia la señora Mora. KJ aprendió mucho sobre la vida en el bosque mientras el zorro le contaba sobre sus aventuras. Tras un rato de diversión, llegaron a la casa de la señora Mora.
-KJ: «¡Señora Mora! Necesitamos su ayuda para los patos del estanque. No tienen comida.»
-Señora Mora: «¡Querido niño! Claro que ayudaré. Pero primero debemos recoger algunas semillas de las flores que crecen cerca del río. ¡Son muy nutritivas para los patos! »
KJ y el zorro comenzaron a buscar semillas cuando el zorro, distraído, corrió detrás de una mariposa y se perdió. KJ, al darse cuenta, sintió un pequeño nudo en el estómago.
-KJ: «Oh no, ¿dónde estará el zorro? »
Por un momento, KJ se sintió solo, pero recordó que tenía que ayudar a los patos. Así que continuó buscando las semillas y pronto volvió con la señora Mora.
-KJ: «¡Las tengo, señora Mora! »
-Señora Mora: «Excelente, KJ. Ahora es hora de que llevemos estas semillas a los patos.»
KJ y la señora Mora, llenos de alegría, llevaron las semillas al estanque. Cuando los patos vieron la comida, comenzaron a saltar de felicidad.
-Pato Rojo: «¡Oh, gracias KJ! ¡Eres un verdadero amigo! »
-KJ: «No lo hice solo, también la señora Mora me ayudó.»
-Pato Rojo: «Y no olvidemos al zorro que te ayudó a llegar aquí.»
Justo en ese momento, el zorro apareció de entre los arbustos, un poco despeinado pero feliz.
-Zorro: «Lo siento, me distraje. Pero estoy contento de que lograste ayudar a los patos. ¡Fue una gran aventura! »
KJ sonrió y comprendió que a veces la amistad se vuelve más fuerte cuando trabajamos juntos en medio de las dificultades. A partir de ese día, KJ, el zorro, y los patos formaron un gran grupo de amigos, listos para compartir más aventuras en Rincón Verde. Y así, KJ aprendió que ayudar a los demás es una de las cosas más gratificantes que se pueden hacer.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.