Los Patos y el Enigma del Perro Verdulero
En un hermoso y soleado día, un grupo de patos paseaba por el parque. Todos estaban muy contentos, pero había un problema: ¡tenían mucha hambre! A pesar de ser patos muy curiosos, no sabían dónde encontrar comida deliciosa. Justo cuando estaban a punto de rendirse, notaron un colorido puesto de verduras.
Ahí estaba el perro Don Verduras, un perrito simpático que vendía las más frescas y crujientes verduras de toda la ciudad.
"¡Hola, patitos curiosos!" - les ladró amigablemente "¿Quieren probar mis riquísimas verduras?"
Los patos, emocionados, comenzaron a graznar en respuesta:
"¡Sí, sí!"
Pero el perro les sonrió con picardía y dijo:
"Tengo un trato para ustedes. Si me ayudan a resolver un enigma que me ha tenido ocupado durante años, les regalaré toda la verdura que deseen."
Los patos se miraron entre sí, intrigados.
"¿Y cuál es el enigma?" - preguntó el pato más pequeño, llamado Patito.
Don Verduras, con una expresión de seriedad, les dijo:
"El enigma es el siguiente: un número multiplicado tres veces elevado al cuadrado es igual a 12. ¿De qué número se trata?"
Los patos se quedaron en silencio. Nunca habían escuchado un problema de matemáticas como ese.
"¡No hemos ido a la escuela!" - graznó Pata, la más grande del grupo.
"¿Qué significa eso?" - preguntó Patito, mientras miraba a su alrededor buscando algo que le ayudara a entender.
Don Verduras se dio cuenta de su frustración.
"Está bien, puedo ayudarles con algunos tips. Primero, piensen en lo que significa multiplicar y elevar al cuadrado."
Los patos empezaron a murmurar entre ellos.
"Multiplicar tres veces significa..." - comenzó Pata "... multiplicar el número por sí mismo, luego por sí mismo otra vez, y luego por sí mismo una vez más. ¡Oh! ¿Eso no es lo mismo que elevar al cubo?"
Don Verduras sonrió satisfecho con la deducción de Pata.
"Exactamente. Y elevar al cuadrado significa multiplicar el número por sí mismo. ¿Qué podríamos hacer para resolverlo?"
"Dediquémonos a pensar en cada pequeño paso. Empecemos probando algunos números. ¿Qué tal el 1?" - sugirió Patito.
"Si es 1, lo multiplicamos tres veces: 1 x 1 x 1 es 1. Esa no puede ser la respuesta."
"¿Qué tal el 2?" - ofreció Pata.
"2 x 2 x 2 es 8. ¡Nada todavía!"
"¿Y el 3?" - preguntó emocionado Patito.
"3 x 3 x 3 es... no, eso es 27."
Frustrados y con el estómago rugiendo, comenzaron a dudar.
"Quizás deberíamos probar números negativos", sugirió Pata.
Los demás se miraron extrañados.
"¿Números negativos? No suena muy bien, pero a veces hay que arriesgarse."
"Probemos con -2. ¿Qué tal?"
"¡Sí! -2 x -2 x -2 es -8, a ver, esperen... ¡Espera! No, no es para este caso."
Poco a poco, un iluminado Patito exclamó:
"¡Ya sé! ¿Qué tal con la raíz cuadrada de 12?"
"¡Eureka!", gritaron todos al unísono.
"¿Sabés qué significa eso?"
"Si no lo sé, lo busco y lo averiguo. La raíz de 12 es 2√3. ¡Espectacular!" - se animaron los patos mientras el perro los miraba con entusiasmo.
"Eso no responde directamente al enigma. Tienen que hallar un número que, al multiplicarse por sí mismo tres veces y elevarlo al cuadrado, dé como resultado 12. ¿De qué número hablamos?"
Después de un tiempo de cálculo comenzaron a unir cabos.
"El número correcto para el enigma es 2, ya que 2 x 2 x 2 al cuadrado da 12. ¡Lo tenemos!"
Don Verduras no podía contener su alegría.
"¡Bravo! Me han sorprendido. Les prometí verdura y aquí tienen. ¡Llévense todo lo que quieran!"
Los patitos comenzaron a llenarse de zanahorias, lechugas y tomates.
"¡Gracias, Don Verduras!"
"Sin ustedes, no hubiera podido resolverlo. No se olviden: a veces, la respuesta está más cerca de lo que pensamos. ¡Siempre hay que intentar resolver, aunque parezca un enigma!"
Con el estómago lleno y una lección aprendida, los patitos se despidieron de Don Verduras, felices y satisfechos, prometiendo compartir su nueva sabiduría con los demás en el parque.
Y así fue como, en un hermoso día, la amistad y la curiosidad demostraron que resolver problemas puede ser una aventura deliciosa.
FIN.