Los patos y las mariposas



En un hermoso lago rodeado de verdes praderas y altos árboles, vivía una familia de patos muy feliz. La mamá pata, el papá pato y sus cinco patitos pasaban sus días nadando, chapoteando y jugando en el agua.

Un día, mientras los patitos exploraban la orilla del lago, vieron algo maravilloso: un grupo de coloridas mariposas revoloteando entre las flores. Los patitos se acercaron asombrados y comenzaron a jugar con las mariposas, persiguiéndolas de un lado a otro.

-¡Qué bonitas son las mariposas! -exclamó uno de los patitos. -Sí, son muy lindas y delicadas -respondió otra de las mariposas. Los patitos y las mariposas pasaron todo el día juntos, jugando y riendo.

A medida que pasaba el tiempo, los patitos comenzaron a darse cuenta de algo muy especial: a pesar de ser tan diferentes, ellos y las mariposas podían ser muy buenos amigos y divertirse juntos.

Un día, mientras volvían a jugar, los patitos vieron con tristeza que las mariposas se estaban alejando. -¡No se vayan, queremos seguir jugando con ustedes! -exclamaron los patitos. -Lo sentimos, pero ya es hora de partir hacia otras flores y seguir con nuestra travesía -contestó una de las mariposas.

Los patitos entendieron que las mariposas tenían que seguir su camino, pero sabían que siempre los recordarían. A partir de ese día, los patitos aprendieron a apreciar la belleza de las mariposas y a valorar la amistad que habían compartido.

Y las mariposas, por su parte, recordaban con cariño a esos curiosos patitos con los que habían pasado momentos tan especiales.

Desde entonces, el lago se convirtió en un lugar donde patos y mariposas vivían en armonía, recordando que la amistad puede surgir en los lugares más inesperados.

FIN.

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