Los pequeños héroes del Colegio Cristo Rey



Era un día soleado en el Colegio Cristo Rey, y los niños estaban muy emocionados porque era el momento del gran evento anual: la ayuda solidaria. Este año, el lema era "Llamados a ser más", y todos los alumnos sabían que debían dar lo mejor de sí mismos.

"¿Qué vamos a hacer para ayudar este año?" - preguntó Joaquín, un niño de diez años, mientras jugaba con su pelota en el patio.

"Podríamos organizar una venta de pasteles!" - sugirió Sofía, una niña de nueve años con grandes ideas.

"Sí, y podríamos hacer manualidades para vender también!" - agregó Lucas, emocionado.

Los tres amigos se pusieron manos a la obra. Sabían que necesitaban hacer algo especial para ayudar a aquellos que lo necesitaban. Después de varias reuniones en la plaza del colegio, decidieron que organizarían una feria con juguetes, manualidades y comida. Quedaron a cargo de diferentes tareas: Sofía se encargaría de los pasteles, Joaquín de las manualidades y Lucas de la publicidad.

"Vamos a poner carteles por el barrio!" - dijo Lucas, mientras dibujaba un colorido cartel.

Los días pasaron volando, y los alumnos se juntaban cada tarde para preparar los detalles. Sin embargo, una semana antes de la feria, ocurrió algo inesperado. Una fuerte tormenta arrasó el vecindario.

"¡Ay no!" - exclamó Sofía, al ver cómo el agua inundaba su casa. Su familia había tenido que evacuar, y no podían ayudar con la feria.

Joaquín y Lucas miraron a su amiga preocupados.

"No te preocupes, Sofía. Vamos a ayudarte a limpiar tu casa. No podemos dejar que esto te detenga" - dijo Joaquín con determinación.

Así fue como los tres amigos se unieron para ayudar a Sofía en un día difícil. Con un par de escobas, buenos ánimos y mucha diversión, hicieron que el trabajo fuera más ameno.

"Miren, ¡hasta encontramos una caja llena de juguetes!" - exclamó Lucas, mientras sacaba todos los juguetes dañados de la parte de atrás.

Decidieron salvaguardar los que estaban en buen estado y los que ya no servían, los llevarían a la feria para donarlos. Manuel, un compañero de clase, también decidió ayudar.

"Yo puedo llevar los juguetes que ya no uso!" - dijo Manuel con una sonrisa.

La noticia se esparció y otros niños también comenzaron a contribuir. Al final, lograron reunir más juguetes de los que imaginaban. Y lo mejor era que la feria aún estaba en pie, pese a la tormenta.

El día de la feria, el sol brillaba de nuevo, y el Colegio Cristo Rey estaba lleno de vecinos y amigos apoyando la causa. Cada uno disfrutaba de los pasteles, compraba juguetes y se maravillaba con las manualidades.

"¡Gracias a todos por venir!" - gritó Joaquín en medio del bullicio.

"Hoy somos todos parte de algo grande!" - agregó Sofía.

La feria fue un éxito rotundo. Juntaron mucho dinero y suficiente comida para ayudar a las familias afectadas por la tormenta. No solo ayudaron a sus amigos, sino a muchas otras personas del barrio. Al final del día, cada niño se sintió orgulloso.

"¿Vieron lo que logramos?" - preguntó Lucas, mirando a sus amigos.

"Esto demuestra que a pesar de las tormentas, juntos somos más fuertes" - concluyó Joaquín.

Y así, aquellos pequeños héroes aprendieron que al unir esfuerzos, siempre se puede hacer más por los demás.

FIN.

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