Los pequeños nutricionistas



Felipe y Natalia eran dos hermanitos muy traviesos, les encantaba jugar en el jardín de su casa y correr por todos lados. Pero a veces se cansaban rápidamente y no tenían energía para seguir jugando.

Un día, su mamá les dijo: "Chicos, es importante que coman alimentos saludables para crecer fuertes y llenos de energía". Felipe frunció el ceño y preguntó: "¿Y eso qué significa?".

Su mamá sonrió y les explicó que los alimentos saludables son aquellos que les dan vitaminas, minerales y energía para poder jugar todo el día sin cansarse. Desde ese día, Felipe y Natalia empezaron a prestar más atención a lo que comían.

En lugar de galletitas y caramelos, comenzaron a comer frutas, verduras, carnes magras y cereales integrales. Al principio les costó un poco acostumbrarse al nuevo sabor de los alimentos saludables, pero pronto descubrieron lo deliciosos que podían ser.

Una mañana, mientras desayunaban una rica ensalada de frutas con yogur natural, escucharon un ruido extraño en el jardín. Salieron corriendo afuera y vieron a un grupo de niños desconocidos tratando de trepar un árbol. "¡Hola! ¿Quiénes son ustedes?"- preguntó curiosa Natalia.

Los niños se presentaron como Martina y Tomás, vecinos nuevos del barrio. Martina le contó a Natalia que habían venido a jugar porque habían escuchado que en esa casa vivían dos hermanitos muy divertidos.

Felipe se puso contento al escuchar eso e invitó a Martina y Tomás a jugar en su jardín. Durante toda la tarde jugaron al escondite, saltaron la soga e incluso organizaron una carrera hasta el final del pasillo.

A diferencia de otras veces donde se cansaban rápido, esta vez tenían tanta energía que parecía inagotable. Al caer la tarde, los cuatro niños estaban agotados pero felices por haber pasado un día tan divertido juntos.

Martina le dijo a Felipe: "¡Qué divertido fue hoy! Nunca me había sentido tan activa jugando". Felipe sonrió orgulloso y respondió: "Es gracias a los alimentos saludables que comemos ahora. Nos dan mucha energía para jugar todo el día".

Martina quedó impresionada con la respuesta de Felipe e inmediatamente le pidió consejos sobre cómo empezar a comer más sano ella también. Los cuatro niños decidieron formar un club donde compartirían recetas saludables e ideas para mantenerse activos durante el día.

Así fue como Felipe y Natalia no solo cambiaron sus hábitos alimenticios para convertirse en niños sanos y fuertes, sino que también inspiraron a otros niños a hacer lo mismo.

Juntos descubrieron lo divertido que era cuidar su cuerpo con alimentos nutritivos ¡y nunca más les faltó energía para seguir jugando!

FIN.

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