Los Peques Felices en la competencia de gimnasia
Había una vez en la escuela "Los Peques Felices", un grupo de chicos y chicas muy traviesos que adoraban las clases de educación física.
El maestro Martín era un apasionado del deporte y siempre buscaba nuevas formas de motivar a sus alumnos. Un día, el maestro Martín les anunció a los chicos que iban a participar en una competencia de gimnasia contra otras escuelas.
Todos se emocionaron mucho, pero también sintieron un poco de nervios al pensar en la responsabilidad que eso implicaba. Durante semanas, el maestro Martín entrenó con los chicos, enseñándoles saltos, piruetas y equilibrios. A pesar de las caídas y los golpes, los niños nunca perdieron la sonrisa ni las ganas de seguir intentando.
Finalmente, llegó el día de la competencia. "Chicos, recuerden todo lo que hemos practicado. Confío en ustedes, sé que pueden hacerlo genial", les dijo el maestro antes de empezar.
-¡Vamos equipo! ¡A dar lo mejor! -gritó Sofía, una de las chicas más valientes del grupo. La música comenzó a sonar y los chicos salieron a la pista con energía y determinación. Realizaron sus rutinas con gracia y precisión, demostrando todo lo que habían aprendido en clase.
Cuando llegó el momento de conocer los resultados, todos estaban ansiosos pero contentos por haber dado su máximo esfuerzo.
Y entonces llegó el anuncio: ¡"Los Peques Felices" habían ganado la competencia! -¡Lo logramos! ¡Somos unos campeones! -gritaban los niños abrazándose emocionados. El maestro Martín estaba muy orgulloso de sus alumnos. Les recordó que con esfuerzo, constancia y trabajo en equipo, podían alcanzar cualquier meta que se propusieran en la vida.
Desde ese día, "Los Peques Felices" siguieron entrenando juntos para nuevas competencias, recordando siempre aquel primer triunfo que los llenaba de alegría y les enseñaba la importancia de nunca rendirse ante los desafíos que se presentaran en su camino.
FIN.