Los Pies de la Felicidad
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una niña llamada Carol. Desde muy pequeña, Carol tenía un gran corazón y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás.
Le encantaba jugar con sus amigos en la plaza, correr por el parque y sobre todo, soñaba con ser Trabajadora Social cuando fuera grande. Un día, mientras jugaba en la plaza, Carol tropezó y se lastimó gravemente los pies.
Después de visitar al médico, le dijeron que necesitaría una cirugía y que no podría caminar durante tres meses. Carol se puso muy triste porque significaba que no podría jugar con sus amigos ni ayudar a las personas como tanto deseaba.
Los días pasaban lentamente y Carol se sentía cada vez más desanimada. Hasta que un día, mientras miraba por la ventana de su habitación, vio a un anciano sentado en un banco del parque con dificultades para levantarse.
Sin dudarlo, decidió hacer algo al respecto. Con mucho esfuerzo y apoyándose en sus muletas, Carol logró llegar hasta el anciano y le ofreció su ayuda.
El anciano se sorprendió al ver a una niña tan joven dispuesta a ayudarlo y aceptó gustosamente su ayuda. Desde ese día, Carol visitaba al anciano todos los días para ayudarlo con lo que necesitara. Un mes después de su cirugía, algo increíble comenzó a suceder: los pies de Carol empezaron a brillar de manera mágica.
Al principio pensó que era solo su imaginación, pero pronto se dio cuenta de que cada vez que ayudaba a alguien desinteresadamente, sus pies brillaban aún más.
La noticia sobre la "Niña de los pies mágicos" se extendió rápidamente por todo el pueblo. Todos querían conocer a la niña cuya bondad había sido recompensada con un don especial. A pesar de esto, Carol siguió siendo humilde y continuó ayudando a quienes lo necesitaban sin esperar nada a cambio.
Finalmente, llegó el día en que Carol pudo caminar nuevamente sin ayuda. Pero en lugar de olvidarse de su don mágico, decidió utilizarlo para hacer del mundo un lugar mejor.
Se convirtió en Trabajadora Social tal como siempre había soñado e inspiró a muchos otros a seguir sus pasos.
Y así fue como Niña Carol descubrió que incluso en los momentos más difíciles, siempre hay una luz brillante esperando ser encontrada si uno está dispuesto a abrir su corazón y ayudar al prójimo.
FIN.