Los pingüinos perdidos
Había una vez, en la costa del Perú, dos pingüinos llamados Pepe y Lola. Ellos vivían felices en su hogar, disfrutando de las olas del océano Pacífico y la compañía de sus amigos.
Pero un día, mientras jugaban cerca del río, una fuerte corriente los arrastró lejos de su hogar. Pepe y Lola se encontraron perdidos en un lugar desconocido. Miraron a su alrededor y solo veían agua dulce en todas partes.
Estaban asustados, pero sabían que tenían que mantenerse juntos para encontrar el camino de regreso a casa. Caminaron por la orilla del río durante horas sin saber hacia dónde iban.
De repente, escucharon una voz desde lo alto de un árbol cercano: era Martín, un simpático pelícano que había visto todo desde arriba. "¡Hola! ¿Necesitan ayuda?"- preguntó Martín con amabilidad.
Pepe y Lola miraron hacia arriba y respondieron emocionados: "¡Sí! ¡Estamos perdidos y no sabemos cómo volver a casa!"-Martín les explicó que estaban en el río Amazonas y les dijo que si seguían nadando aguas abajo llegarían al mar nuevamente. Los pingüinos estaban muy agradecidos por la ayuda de Martín e inmediatamente comenzaron a seguir sus consejos.
El viaje fue largo y lleno de obstáculos para Pepe y Lola. Encontraron troncos flotantes, rocas resbaladizas e incluso algunos peces curiosos que nadaban junto a ellos. Pero nunca se dieron por vencidos.
Un día, mientras nadaban cerca de la orilla del río, escucharon un sonido extraño proveniente de la selva. Se acercaron cautelosamente y descubrieron a un grupo de monos jugando en los árboles. "¡Hola! ¿Qué hacen aquí?"- preguntó Pepe con curiosidad.
Los monos se detuvieron y respondieron: "Estamos buscando frutas para comer. Pero no podemos alcanzar las que están más altas en los árboles. "-Pepe y Lola se miraron y tuvieron una idea brillante.
Usando sus alas como escaleras, ayudaron a los monos a trepar hasta las ramas más altas donde había deliciosas frutas esperándolos. Los monos estaban tan agradecidos que les dieron algunas para llevar en su viaje. Después de varios días de aventuras, finalmente llegaron al mar.
Pepe y Lola saltaron de alegría al ver el vasto océano frente a ellos. "¡Lo logramos!"- exclamó Lola emocionada. "Sí, gracias a nuestra valentía y amistad"- respondió Pepe orgulloso.
Ambos pingüinos nadaron juntos hacia su hogar en la costa del Perú, felices por haber superado todas las dificultades juntos. Aprendieron que nunca debían rendirse ante los desafíos y que siempre podían encontrar ayuda si estaban dispuestos a pedirla.
Y así es como Pepe y Lola regresaron sanos y salvos a su hogar, compartiendo su increíble historia con todos sus amigos pingüinos. Desde ese día en adelante, se convirtieron en un ejemplo de valentía y amistad para todos los habitantes del océano.
FIN.