Los Planetas contra La Sombra Estelar
En un rincón lejano del universo, los planetas del sistema solar eran más que simples cuerpos celestes; ¡tenían personalidades únicas! Mercurio, el más pequeño, era rápido y lleno de energía. Venus, brillante y sofisticada, siempre tenía un consejo a seguir. Tierra, la más amable y generosa de todos, acogía a todos en su superficie. Marte, el guerrero, era valiente y aventurero; mientras que Júpiter, el gigante jovial, siempre tenía una broma lista para hacer reír. Saturno se lucía con sus espléndidos anillos, Uranio era misterioso y Neptuno soñador, siempre buscando nuevas ideas.
Todo iba bien en el sistema solar hasta que un día, una oscura y tenebrosa figura apareció: "La Sombra Estelar". Se movía sigilosamente por el espacio, quitando la luz y la alegría de todo a su paso.
--"¿Quién es esa sombra?" preguntó Mercurio, temblando.
"No lo sé, pero parece muy peligrosa", respondió Venus, preocupada.
"Debemos reunirnos y actuar", dijo Tierra firmemente. "No podemos dejar que La Sombra Estelar se apodere de nosotros".
Entonces, los planetas se reunieron en un gran círculo alrededor del sol. Sol, el rey brillante, tenía un poder especial y era el más preocupado por la llegada de la sombra.
"Escuchen, amigos. Necesitamos encontrar la manera de enfrentar a La Sombra Estelar", propuso Júpiter con su poderosa voz.
Marte, siempre impulsivo, exclamó: "¡Voy a enfrentarla cara a cara!".
"No!" dijo Tierra, "¡No podemos actuar sin un plan! Necesitamos trabajar juntos. ¿No recuerdan la leyenda de la Luz Combinada?".
Todos se miraron, recordando la historia que les contaba Sol sobre cómo, cuando los planetas se unían y combinaban sus fuerzas, podían crear una luz tan poderosa que podía ahuyentar cualquier oscuridad.
"Sí, ¡eso es!", aulló Saturno, haciendo girar sus anillos con entusiasmo. "¿Cómo podemos combinar nuestra luz?".
“Cada uno de nosotros tiene un brillo especial”, dijo Venuso; “podemos organizarnos y enfocarlo. Pero debemos ser precisos y coordinar nuestros movimientos”.
Uranio, que siempre miraba las cosas de manera peculiar, sugirió: “¡Hagámoslo en forma de estrella! Cuerpo en el medio, ¡y a brillar! ”
Así que los planetas empezaron a planear. Mercurio, el rápido, volaría rápido para atraer La Sombra. Venus, con su luz brillante, lo seguiría, mientras que Tierra y Marte crearían una barrera protectora alrededor de Júpiter y Saturno, quienes concentrarían la luz. “¡Esto va a funcionar! ”, gritó Marte emocionado.
El día llegó. Mercurio fue el primero en avanzar, danzando audazmente ante La Sombra Estelar.
--"¿Qué eres tú para perturbar la paz de nuestro hogar?" preguntó Mercurio.
"Soy La Sombra Estelar, y me alimento de la tristeza y el miedo", respondió la sombra con una voz profunda.
"No podrás con nosotros!", gritó Venus mientras se unía a Mercurio, adornando el espacio con su luz.
La Sombra Estelar comenzó a envolverse a ellos, pero estaba perdiendo fuerza cada vez que uno de ellos se unía. Tierra se unió a Marte, creando un gran destello. Saturno y Júpiter, con su energía combinada, comenzaron a formar una esfera de luz cada vez más intensa.
“¡Hacia el centro! ” gritó Tierra, guiando a los demás.
La sombra, viendo que se avecinaba la luz brillante, comenzó a retroceder. Pero aun así comenzó a girar alrededor, tratando de absorber su brillo.
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“¡No lo permitirá! ”, gritó Júpiter. “¡Él quiere dividirnos; mantengamos unidos! ”
Con fuerzas combinadas, todos los planetas concentraron su luz. La Sombra Estelar intentó cubrir su brillo, pero cada vez que alguien mantenía el enfoque, la luz se hacía más fuerte. Finalmente, con un potente estallido de luz, la sombra fue absorbida, desapareciendo entre destellos de esperanza y color.
Los planetas celebraron su victoria. “¡Lo hicimos! ¡Nos unimos y vencimos a La Sombra Estelar! ”, exclamó Saturno.
Tierra sonrió y dijo: “Recuerden siempre que juntos somos más fuertes. No dejemos que la oscuridad nos divida nunca más.”
Desde ese día, los planetas mantuvieron una conexión más fuerte. Se cuidaban y se apoyaban mutuamente, recordando que la amistad y la colaboración eran esenciales para mantener el equilibrio del sistema solar, ya que así, la luz siempre ganaría sobre la oscuridad.
FIN.