Los Pollitos Salvadores


En una granja muy especial, vivían dos pollitos llamados Nemo y Juan. Eran los más valientes de todos, siempre dispuestos a ayudar a sus amigos animales en apuros.

Un día soleado, mientras jugaban en el campo, escucharon un chillido desesperado que provenía del árbol más alto de la granja. Corrieron hacia allí y vieron a una pequeña ardilla atrapada en una rama alta y delgada.

La pobre ardilla temblaba de miedo y no podía bajar por sí sola.

Nemo y Juan se miraron con determinación y supieron al instante lo que debían hacer: ¡debían salvar a su amiga ardilla! Sin pensarlo dos veces, Nemo voló hasta la rama donde estaba la ardilla y le dijo:- ¡No temas! ¡Juan y yo te ayudaremos a bajar! La ardilla miró a los pollitos con gratitud en sus ojitos brillantes y les dijo:- ¡Gracias por venir en mi ayuda! Estoy tan asustada...

Nemo le respondió con voz suave pero firme:- No te preocupes, estamos aquí para salvarte. Juan irá por tierra para recibirte cuando saltes. Juan corrió hacia el tronco del árbol preparando un colchón de hojas secas para amortiguar la caída de la ardilla.

Mientras tanto, Nemo extendió sus alas frente a ella para protegerla durante el descenso. Con mucho valor, la ardilla saltó hacia Juan quien la recibió con cuidado entre sus patitas. Todos celebraron emocionados al ver que su amiga estaba sana y salva.

Desde ese día, Nemo y Juan se convirtieron en los protectores oficiales de todos los animales de la granja. Siempre estaban atentos ante cualquier emergencia o problema que pudiera surgir.

Un mes después, una fuerte tormenta azotó la granja provocando inundaciones en varios sectores. Muchos animales quedaron atrapados sin poder salir por sí mismos. Nemo y Juan lideraron las labores de rescate organizando grupos de trabajo entre los demás habitantes del lugar.

Trabajaron sin descanso rescatando gallinas mojadas, cerditos asustados e incluso al perro guardián que había quedado varado sobre un tejado. La solidaridad reinaba entre todos gracias al ejemplo valiente de Nemo y Juan.

Al finalizar el día, cansados pero felices por haber ayudado a tantos amigos necesitados, se reunieron alrededor del fuego encendido por Don Toro (el toro más anciano) quien les dijo con orgullo:"Hoy demostraron ser verdaderos héroes dignos de admiración.

Gracias a su valentía e ingenio logramos superar juntos esta adversidad". Todos aplaudieron emocionados mientras Nemo y Juan se abrazaban sintiéndose realmente realizados por haber hecho tanto bien.

Y así continuaron viviendo aventuras junto a sus amigos animales bajo el cielo estrellado que iluminaba aquella granja llena de amor, solidaridad y valentía gracias a dos pequeños grandes héroes: Nemo y Juan.

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