Los pollos que querían volar



En un tranquilo corral de una granja en el campo argentino, vivían seis pollos muy especiales. Estos pollos soñaban con volar, a pesar de que todos les decían que era imposible.

El más valiente de ellos, Pepón, les decía a sus amigos: "Yo sé que podemos lograrlo, solo debemos encontrar la manera adecuada." Los otros pollos lo miraban con miedo y escepticismo, pero Pepón nunca perdió la esperanza.

Un día, mientras picoteaban maíz, vieron a un grupo de pájaros volando en el cielo y sintieron una gran envidia. "¡Quisiera ser capaz de volar como ellos!" -suspiró Pepón. Los otros pollos asintieron, soñando con lo mismo.

Decidieron buscar la ayuda de un águila que vivía en las montañas, conocida por ser sabia y amigable. Al principio, la águila se mostró reacia a ayudar a unos simples pollos, pero al ver la determinación y el deseo de superación de Pepón y sus amigos, accedió.

Les dijo: "Para volar, deben encontrar en lo más profundo de su ser la valentía y la confianza en ustedes mismos." Los pollos, con miedo pero decididos, comenzaron a practicar. Aunque al principio tropezaban y caían, no se rindieron.

Apoyándose mutuamente, descubrieron que podían dar pequeños saltos y planear por breves momentos. La noticia se propagó rápidamente por la granja, y los demás animales observaban con asombro y admiración.

Finalmente, llegó el día en que los pollos se pararon en lo alto de una colina y, juntos, se lanzaron al vacío. Para su sorpresa, empezaron a volar. Sus alas, aunque pequeñas, los llevaron suavemente por el aire, y en ese momento sintieron una alegría indescriptible.

Volaban con valentía y amistad, demostrando que, con esfuerzo y apoyo mutuo, cualquier cosa es posible. Desde ese día, los pollos nunca dejaron de volar, y su historia inspiró a todos en la granja a superar sus propios miedos y alcanzar sus sueños.

FIN.

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