Los Ponis Mimosos y la Aventura de la Amistad
Era un hermoso día en la salita de los Ponis Mimosos, donde un grupo de niños y niñas de 3 y 4 años jugaban y reían sin parar. Entre ellos se encontraban Lila, una niña que adoraba dibujar, y Tomás, un niño que le encantaba contar historias. Aunque eran muy distintos, ambos compartían un secreto: querían encontrar un tesoro escondido en el jardín.
Un día, mientras jugaban en el patio, Lila dijo:
"¡Tomás! ¿Te gustaría buscar un tesoro conmigo?"
Tomás, emocionado, respondió:
"¡Sí! ¿Y si hacemos un mapa?"
Lila asintió con alegría. Juntos, dibujaron un gran mapa en hojas de papel que encontraron en la sala. Cada uno agregó indicaciones y dibujos, hasta que el mapa quedó lleno de colores.
"¡Mirá! Aquí está el gran árbol y allí están los arbustos de flores. ¡Vamos a buscar!" exclamó Lila.
"Pero primero, necesitamos una pala para excavar. ¿Y si le pedimos ayuda a Sofía y Lucas?" sugirió Tomás.
Sofía, con su pelo rizado, estaba jugando con sus muñecas, mientras que Lucas jugaba con bloques de construcción.
"¿Sofía, Lucas, quieren ser parte de nuestra búsqueda del tesoro?" preguntó Lila.
Ambos se miraron intrigados. Sofía sonrió y dijo:
"¡Sí, pero yo quiero ser la guardiana del mapa!"
"Y yo quiero ayudar a encontrar el tesoro, con la pala." agregó Lucas.
Así, la aventura comenzó y juntos se dirigieron al jardín con mucha energía. Al llegar, comenzaron a buscar el punto donde había que excavar, consultando el mapa cada vez que tenían dudas. Pero, entre risas y juegos, se dieron cuenta de que tenían diferentes ideas sobre donde comenzar a buscar.
"Yo creo que el tesoro debe estar debajo del árbol gigante," dijo Tomás.
"No, no, el mapa dice que tiene que estar cerca de los arbustos de flores," respondió Lila.
De pronto, comenzaron a discutir un poco, cada uno defendiendo su punto de vista.
"¡No quiero seguir jugando así!" gritó Lila.
"¡Pero yo también quiero encontrar el tesoro!" contestó Tomás, un poco molesto.
Sofía y Lucas, que estaban observando, decidieron intervenir.
"Chicos, ¿no se dan cuenta de que si siguen peleando no encontrarán nada?" dijo Sofía.
"¡Es verdad! ¡Deberían trabajar juntos! El mapa tiene ambas ubicaciones, ¿por qué no buscamos en el árbol y en los arbustos al mismo tiempo?" propuso Lucas.
Lila y Tomás se miraron. Ambos se dieron cuenta de que tener ideas diferentes era normal y que trabajar juntos podía hacer que la aventura fuera más divertida.
"Tenés razón, vamos a buscar en ambos lugares," aceptó Lila.
"Sí, eso es lo mejor. ¡Vamos!" añadió Tomás.
Así, se distribuyeron en los dos lugares. Luego de un rato de búsqueda, Lucas gritó emocionado desde los arbustos:
"¡Chicos, creo que encontré algo!"
Sofía, Lila y Tomás corrieron hacia él.
"¿Qué es, qué es?" preguntaron todos al unísono.
Lucas levantó un pequeño cofre de juguete lleno de piedras de colores brillantes.
"¡Es nuestro tesoro!" exclamó con alegría.
Lila y Tomás se miraron sonriendo, olvidando la discusión anterior.
"¡Es hermoso!" dijo Lila.
"¡Sí! No importa que no sea oro, ¡es nuestro tesoro!" comentó Tomás.
Desde ese día, los Ponis Mimosos no solo habían encontrado un tesoro, sino que también aprendieron una valiosa lección sobre la amistad, trabajar en equipo y respetar las diferentes ideas de cada uno. Así, sus aventuras continuaron llenas de risas y compañerismo, donde la verdadera riqueza era la amistad que habían cultivado juntos.
FIN.