Los protectores del agua
En un pequeño pueblo llamado Villa Agua Clara, vivían tres niños muy curiosos y amantes de la naturaleza: Martina, Lucas y Sofía. Un día, mientras jugaban cerca del arroyo que cruzaba el pueblo, se dieron cuenta de que el agua estaba cada vez más sucia y escasa. Preocupados por esta situación, decidieron hacer algo al respecto.
Martina, Lucas y Sofía se reunieron en el parque y comenzaron a planear cómo podrían ayudar a proteger el agua en su comunidad. Decidieron formar un grupo al que llamaron 'Los protectores del agua'. Juntos, crearon carteles coloridos y divertidos para concientizar a sus compañeros de escuela sobre la importancia de cuidar el agua. 'No desperdicies el agua', 'Cierra la canilla mientras te lavas los dientes' y 'Reutiliza el agua de la lluvia' eran algunas de las frases que plasmaban en sus creaciones.
Pronto, su entusiasmo y compromiso llamaron la atención de otros niños, y el grupo de 'Los protectores del agua' creció. Organizaron una exposición en la escuela, donde mostraron a todos los estudiantes cómo podían ayudar a cuidar el agua en su vida diaria. También empezaron a dar charlas en los salones, enseñando a sus compañeros la importancia de no desperdiciar el agua y cómo podían ser parte de la solución.
Poco a poco, la mentalidad de los estudiantes comenzó a cambiar. Los niños empezaron a cerrar la canilla mientras se lavaban las manos, a reportar cualquier fuga de agua en la escuela y a reutilizar el agua de la canilla para regar las plantas. Incluso organizaron una limpieza del arroyo para eliminar la basura y devolverle su vitalidad al agua.
La noticia del compromiso de 'Los protectores del agua' se extendió a toda la comunidad. La gente comenzó a prestar más atención a cómo utilizaban el agua en sus hogares, en el jardín y en sus actividades diarias.
Gracias al esfuerzo de estos valientes niños, el pueblo de Villa Agua Clara vivió un cambio significativo en el cuidado del agua. Y todo comenzó con tres pequeños pero decididos protectores del agua.
FIN.