Los sabios de Prehistórialandia
Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Prehistórialandia, tres amigos muy curiosos: Paleolito, Neolito y Metalito. Cada uno vivía en una época diferente de la prehistoria. Paleolito era un niño del paleolítico.
Vivía en una cueva junto a su familia y se dedicaba a la caza y recolección de alimentos. Era valiente y siempre llevaba consigo su lanza para protegerse de los peligros del bosque. Neolito, por otro lado, pertenecía al neolítico.
Su familia había descubierto la agricultura y habían construido casas cerca del río. A Neolito le encantaba sembrar semillas y cuidar de sus cultivos. Siempre llevaba consigo su azada para trabajar la tierra.
Metalito era el más joven de los tres amigos y vivía en la edad de los metales. Había aprendido a trabajar con metales como el bronce y el hierro, creando herramientas útiles para su comunidad. Siempre llevaba consigo su martillo y sus pinzas.
Un día, mientras jugaban juntos cerca del río, encontraron un mapa antiguo que indicaba la ubicación de un tesoro perdido desde hace siglos. Emocionados por la aventura que les esperaba, decidieron embarcarse en esta búsqueda juntos.
Los tres amigos caminaron durante días hasta llegar a una montaña misteriosa donde se suponía que estaba escondido el tesoro. Pero cuando llegaron allí, se dieron cuenta de que las cosas no eran tan fáciles como pensaban.
Una enorme roca bloqueaba el camino hacia el tesoro. Paleolito intentó moverla con su fuerza, pero era demasiado pesada. Neolito propuso construir una rampa utilizando sus conocimientos de arquitectura, pero la roca seguía sin moverse. Fue entonces cuando Metalito tuvo una brillante idea.
Utilizando sus habilidades en metalurgia, construyó una palanca larga y resistente. Juntos, los tres amigos lograron mover la roca y descubrieron el tesoro escondido detrás.
El tesoro resultó ser un libro antiguo que contenía mucha información sobre las diferentes épocas de la prehistoria. Los tres amigos se dieron cuenta de lo afortunados que eran al haber vivido en distintas etapas de la historia y decidieron compartir sus conocimientos con su comunidad.
Paleolito enseñó a todos cómo cazar y recolectar alimentos en el bosque. Neolito compartió sus técnicas agrícolas para cultivar alimentos cerca del río. Y Metalito mostró a todos cómo trabajar con metales para crear herramientas útiles.
La comunidad aprendió mucho de ellos y juntos crearon un pueblo próspero donde todos se ayudaban mutuamente. Los tres amigos se convirtieron en héroes locales y fueron recordados por generaciones como los grandes sabios que habían traído progreso a Prehistórialandia.
Y así, Paleolito, Neolito y Metalito vivieron felices el resto de sus vidas, siempre recordando la importancia de aprender del pasado para construir un mejor futuro.
FIN.