Los Sabores de Tomás
Había una vez un niño llamado Tomás que vivía en un pequeño pueblo donde todos amaban la comida. Sin embargo, Tomás tenía gustos muy especiales y no le gustaba la mayoría de las cosas que le ofrecían.
Un domingo, su mamá decidió preparar un gran almuerzo familiar. Estaba emocionada y tenía muchas ganas de sorprender a Tomás con sus platos favoritos. Ella había hecho milanesa con puré, una de las comidas más queridas en su casa, y una ensalada colorida y fresca.
Tomás llegó de jugar con sus amigos, sintiendo el rico aroma que salía de la cocina. Con una gran sonrisa, su mamá le sirvió un enorme plato. Pero cuando vio la ensalada, su rostro se transformó en una mueca.
-Tomás, ¿por qué no pruebas la ensalada? Es muy rica y tiene muchos colores.
- ¡No! ¡No me gusta! - dijo Tomás, cruzando los brazos.
Su mamá suspiró, sabiendo que era un reto convencerlo de probar cosas nuevas, pero tenía una idea brillante.
- ¿Y si hacemos un juego? Si pruebas un bocado de ensalada, puedo darte descuento en el postre. - propuso con entusiasmo.
Tomás lo pensó por un momento y le brillaron los ojos. Para él, el postre era lo mejor de la comida.
- ¿Descuento? Está bien, voy a probarlo.
Con curiosidad y sin muchas ganas, Tomás tomó un pequeño bocado de ensalada. Le sorprendió el sabor fresco de los tomates y el crujiente del pepino.
- Mmm… no es tan malo como pensé.
- ¡Lo ves! - exclamó su mamá - Cada plato tiene su magia.
Después del almuerzo, Tomás se sintió valiente y decidió probar un nuevo desafío: ayudar en la cocina.
- ¡Voy a ser el chef! - gritó emocionado.
- Que idea más buena, Tomás. ¿Qué vamos a cocinar? - preguntó su mamá.
- ¡Galletitas de chocolate!
Ambos se pusieron manos a la obra. Tomás se divertía batiendo los ingredientes. Pero cuando llegó el momento de elegir los sabores, se sintió indeciso.
- ¿Podemos ponerle coco? - preguntó, entusiasmado.
- Claro, así tendrás una sorpresa en cada bocado. Pero también podríamos agregar nueces.
- No, a mí no me gustan las nueces.
- Bueno, ¡entonces hagamos una parte sin nueces! - sugirió su mamá.
Mientras preparaban la mezcla, Tomás recordó la ensalada que había probado y su corazón se llenó de curiosidad.
- Mamá, ¿por qué la gente hace comidas que a veces no nos gustan?
- Porque a veces hay que darle una oportunidad a los sabores. No todos los platos son para todos, pero probar es lo que nos permite descubrir cosas ricas.
- ¿Quieres hacer una prueba? - propuso Tomás. - Si alguien dice que no le gusta, le daremos un bocado de nuestras galletitas de chocolate.
La idea de Tomás fue un éxito. Invitaron a su vecino Benjamín, quien siempre decía que la comida sana era aburrida.
- Hola Benja, vení a probar mis galletitas. - dijo Tomás.
- ¡No, gracias! No me gusta lo sano.
- Pero, ¿qué tal si solo pruebas un bocado? Puede que te sorprenda. - insistió Tomás.
Benjamín se rió, pero la curiosidad pudo más.
- Está bien, solo un bocado.
Después de probar una galletita, su cara cambió.
- Mmm… ¡esto está buenísimo! - exclamó Benjamín.
- ¿Ves? - dijo Tomás sonriendo. - A veces, hay que probar cosas nuevas.
Esa tarde, algunos chicos del barrio se unieron a ellos, todos querían probar las galletitas de Tomás. Pero antes, Tomás les retó.
- Cada uno tiene que probar un bocado de ensalada. - dijo desafiando a sus amigos.
Con un poco de temor, lo hicieron. Al final, la mayoría se sorprendió al encontrar que la ensalada no estaba tan mal, e incluso había alguno que le gustó.
Eso hizo que Tomás se sintiera feliz. Había aprendido que expresar sus gustos es importante, pero también que ser valiente y probar lo nuevo a veces puede traer sorpresas agradables.
Desde ese día, Tomás decidió ser un explorador de sabores, experimentando en la cocina y compartiendo nuevas recetas con sus amigos. Aprendió que al probar algo diferente, podía encontrar una nueva preferencia y aún más, podía compartir esas experiencias con los demás.
Y así, en el pequeño pueblo, el amor por la comida creció aún más, gracias a un niño que se atrevió a expresar sus gustos y a compartir momentos divertidos en familia y amistad.
Fin.
FIN.