Los Sabuesos Literarios y el Tesoro de las Palabras



Había una vez en la escuela Primaria San Martín, en el barrio de La Boca, un grupo de alumnos muy curiosos y aventureros llamados Los Sabuesos Literarios.

Ellos amaban leer y siempre estaban buscando nuevas historias para sumergirse en ellas. Pero últimamente algo extraño estaba sucediendo en la escuela: los libros desaparecían misteriosamente de la biblioteca. Los Sabuesos Literarios no podían permitir que esto siguiera ocurriendo, así que decidieron investigar el caso.

Una mañana, mientras los estudiantes se encontraban discutiendo posibles pistas sobre el ladrón de libros, notaron a un chico nuevo llamado Lucas. Era tímido y solitario, pero tenía un brillo sospechoso en sus ojos cada vez que alguien mencionaba las desapariciones.

- Chicos, ¿no les parece extraño cómo Lucas siempre está cerca cuando hablamos del ladrón? - preguntó Sofía, una de las Sabuesas Literarias más astutas. - Es cierto... además nunca lo vimos leyendo ningún libro. - agregó Juanito con suspicacia.

Decididos a descubrir la verdad, Los Sabuesos Literarios comenzaron a seguir a Lucas discretamente. Lo observaron entrar sigilosamente al salón de arte y esconderse detrás del caballete del profesor González.

Intrigados por su comportamiento sospechoso, se acercaron lentamente para ver qué hacía allí. Para sorpresa de todos, encontraron a Lucas dibujando hermosas ilustraciones basadas en los libros desaparecidos. Pero antes de poder cuestionarlo sobre su participación en las desapariciones, el profesor González entró al salón.

- ¡Lucas! ¿Qué estás haciendo aquí? - preguntó el profesor sorprendido. - Yo... yo estaba admirando tus pinturas, profesor. Son realmente hermosas. - respondió Lucas nervioso. El profesor sonrió y le dio las gracias a Lucas por sus amables palabras.

Pero los Sabuesos Literarios no se dieron por vencidos tan fácilmente y decidieron seguir investigando para descubrir la verdad detrás de las desapariciones de libros.

Al día siguiente, Los Sabuesos Literarios fueron a buscar pistas en el sótano de la escuela, un lugar oscuro y misterioso que nadie visitaba. Allí encontraron una pequeña habitación secreta llena de libros robados y un diario con anotaciones sobre cada uno de ellos. - ¡Aquí está la evidencia! El ladrón es alguien más...

pero ¿quién? - exclamó Pedro, otro miembro del grupo. Fue entonces cuando Sofía recordó algo importante: Lucas siempre llevaba consigo una mochila grande y pesada.

Sin perder tiempo, corrieron hasta su casillero y encontraron allí todos los libros robados cuidadosamente guardados dentro de ella. Justo en ese momento, Lucas apareció frente a ellos con lágrimas en los ojos. - Lo siento mucho chicos... nunca quise hacerles daño ni robar los libros.

Solo quería tenerlos cerca porque me hacen sentir bien, aunque no sepa leer muy bien todavía. - confesó Lucas avergonzado. Los Sabuesos Literarios se miraron unos a otros con comprensión y empatía. - Lucas, no tienes que robar los libros para disfrutar de ellos.

Podemos ayudarte a aprender a leer y compartir nuestros libros contigo. - dijo Sofía con una sonrisa cálida. Y así fue como Los Sabuesos Literarios decidieron perdonar a Lucas y convertirlo en su nuevo compañero de lectura.

Juntos, exploraron el maravilloso mundo de los libros y demostraron que la amistad y la comprensión pueden superar cualquier obstáculo. Desde ese día, Lucas se convirtió en un lector apasionado y nunca más volvió a robar un libro.

Los Sabuesos Literarios aprendieron sobre la importancia de ayudar a los demás y cómo el amor por la lectura puede cambiar vidas.

Y así, gracias al poder de las palabras, Los Sabuesos Literarios vivieron muchas aventuras más mientras compartían sus historias favoritas con su amigo Lucas.

FIN.

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