Los secretos de Copahue
Había una vez en el hermoso pueblo de General Roca, una abuela llamada Mirta que vivía con su marido Rulo, su hija Daniela, su yerno Sebastián y sus nietos Antonio y Francesca.
Mirta solía contarles a sus nietos historias increíbles de sus viajes por el mundo, como aquella vez que visitó las termas de Copahue. Un día, mientras paseaban por el parque del pueblo, Antonio y Francesca le preguntaron a Mirta sobre su visita a las termas.
La abuela les sonrió y les dijo: "¡Ah, chicos! Esa fue una experiencia maravillosa. Las termas de Copahue son aguas termales con propiedades curativas que me hicieron sentir renovada".
Los niños estaban fascinados con la historia y le pidieron a Mirta que les contara más detalles. Mirta les explicó cómo el agua caliente ayudaba a relajar los músculos, aliviar el estrés y mejorar la circulación sanguínea.
Les habló también sobre la importancia de cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente para estar siempre sanos y felices. "¿Podemos ir algún día a las termas de Copahue nosotros también?" - preguntó entusiasmado Antonio.
Mirta pensó por un momento y luego respondió: "Bueno, no podemos ir hasta allá en este momento, pero podemos hacer algo similar aquí mismo en General Roca". Los niños se miraron emocionados ante la idea de vivir una aventura como la de su abuela en las termas.
Así que Mirta organizó un día especial en casa con un spa improvisado. Prepararon baños calientes con sales aromáticas, pusieron música relajante e incluso tenían mascarillas naturales para consentirse. Durante toda la tarde, Antonio, Francesca y Mirta disfrutaron juntos de momentos de relajación y diversión.
Los niños aprendieron que cuidar de sí mismos es importante para estar bien tanto física como emocionalmente.
Al final del día, mientras compartían una rica merienda casera preparada por Rulo y Daniela, los pequeños le dieron las gracias a Mirta por enseñarles sobre la importancia del autocuidado. "Abuela Mirta, ¡gracias por este día tan especial! Aprendimos mucho contigo" - dijeron los niños emocionados.
Mirta los abrazó tiernamente y les dijo: "Recuerden siempre queridos míos: cuidar nuestro cuerpo es amarnos a nosotros mismos. Y eso nos hace más fuertes cada día".
Así terminó aquel inolvidable día en General Roca donde todos comprendieron que no necesitaban viajar lejos para vivir experiencias maravillosas; lo importante era disfrutar juntos cada momento lleno de amor y aprendizaje.
FIN.