Los Sonidos Mágicos de la Navidad



Había una vez un bebé llamado Benito, que vivía en una pequeña casa junto a su mamá y su papá. Era la época de Navidad y el ambiente estaba lleno de alegría y emoción.

Las calles estaban decoradas con luces brillantes, los comercios tenían escaparates llenos de regalos coloridos y se podían escuchar canciones navideñas por todas partes. Benito era un bebé muy curioso y siempre estaba atento a todo lo que ocurría a su alrededor.

Su mamá notó esto y decidió enseñarle sobre los sonidos de la Navidad. Un día, mientras paseaban por el parque, Benito escuchó el sonido de campanas que provenía del lejano campanario de la iglesia.

Se sorprendió tanto que sus ojos se abrieron como platos. "¡Mamá, mamá! ¡Escucho campanas!", exclamó Benito emocionado. Su mamá sonrió y le explicó: "Sí, mi amor. Esas son las campanas navideñas que anuncian la llegada de la Navidad".

Benito quedó fascinado con ese sonido mágico y no podía dejar de pensar en él. Quería descubrir más sonidos navideños. Al día siguiente, fueron al centro comercial para hacer algunas compras navideñas.

Mientras paseaban por los pasillos llenos de gente, Benito escuchó risas contagiosas que venían del patio central del centro comercial. "¡Mamá, mamá! ¿Escuchaste esas risitas?", preguntó Benito emocionado. Su mamá asintió y le dijo: "Sí, mi amor.

Esas risitas son de los niños que están esperando para sacarse una foto con Papá Noel". Benito se acercó corriendo al patio central y vio a un montón de niños rodeando a Papá Noel.

Se acercó tímidamente y también pudo escuchar las risas mientras esperaba su turno para sentarse en el regazo del viejito. "¡Ho ho ho! ¿Y tú cómo te llamas, pequeño?", preguntó Papá Noel.

Benito rió y respondió: "¡Soy Benito!"Papá Noel le dio una bolsa de caramelos y Benito volvió junto a su mamá con una sonrisa enorme en su rostro. Los días pasaban y Benito seguía descubriendo nuevos sonidos navideños.

Escuchaba villancicos en la radio, el crujir del papel de regalo cuando sus papás envolvían los presentes, el sonido de los fuegos artificiales durante la nochebuena e incluso el ruido del trineo de Santa Claus cuando dejaba los regalos debajo del árbol. La Navidad finalmente llegó y Benito estaba emocionado por abrir sus regalos.

Pero antes de hacerlo, él recordó todos los hermosos sonidos que había escuchado durante las últimas semanas. "Mamá, papá, quiero darles un regalo especial", les dijo Benito con una mirada determinada. Sus padres se sorprendieron y le preguntaron qué tenía en mente.

Benito se acercó al piano que tenían en casa y comenzó a tocar algunas notas musicales muy simples pero llenas de alegría. "¡Feliz Navidad, mamá y papá!", exclamó Benito mientras tocaba el piano. Sus padres se emocionaron y aplaudieron con entusiasmo.

Fue un regalo muy especial que salió del corazón de Benito. Desde ese día, la familia de Benito valoró aún más los sonidos de la Navidad. Aprendieron a apreciar cada risa, cada campana y cada nota musical como símbolos de amor y felicidad.

Y así, Benito demostró al mundo que incluso desde los oídos de un bebé se pueden escuchar los sonidos más hermosos y mágicos de la Navidad.

FIN.

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