Los sueños de los Desordenados



En un pequeño barrio, había un grupo de amigos muy soñadores: Tomás quería ser astronauta, Sofía soñaba con ser artista y Lucas ansiaba construir una ciudad de chocolate. Sin embargo, había un problema: no tenían hábitos saludables ni eran ordenados. Tomás pasaba la noche jugando videojuegos, Sofía nunca organizaba sus materiales de arte y Lucas se alimentaba solo de golosinas.

Un día, mientras jugaban en el parque, Tomás se cayó de su bicicleta y se raspó la rodilla. "¡Ay, no puedo! ”- gritó. Sofía corrió para ayudarlo y Lucas empezó a reír. "Eso te pasa por distraído!"- dijo Lucas. Pero Sofía lo reprendió. "No es momento de burlarse. Tomás, deberías cuidarte más si querés ser astronauta!"-

La conversación quedó resonando en ellos, y cuando regresaron a sus casas, se dieron cuenta de que sus sueños no se podían cumplir solo con desearlos. Sofía comenzó a dibujar horarios para organizarse, Tomás decidió desconectar su consola por un rato y dedicar tiempo a estudiar sobre el espacio, y Lucas prometió comer frutas y verduras para estar sano.

Con el tiempo, los chicos empezaron a notar cambios. Sofía, con sus nuevos hábitos, pintó su primer mural en la escuela, Tomás ganó un concurso sobre astronomía, y Lucas, aunque extrañaba las golosinas, se sintió mucho más fuerte al correr. "¡Mirá lo que hice!"- dijo Sofía un día. "Y pensar que todo comenzó cuando nos dijimos la verdad!"- comentó Tomás.

Al final, los amigos aprendieron que los sueños tienen un precio y no se logran por arte de magia. A veces, hay que esforzarse, cuidar de uno mismo y ser responsables. Ellos vieron que aunque no es fácil, tener hábitos saludables y orden es el primer paso para hacer que sus grandes sueños se hagan realidad.

FIN.

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