Los Superhéroes de Segundo Grado
En el Centro Educativo Santo Domingo, había un grupo muy especial de niños de segundo grado. No eran superhéroes comunes; ellos poseían un poder único: ¡su creatividad! Su maestra, la seño Clara, les había enseñado que cada uno podía ser un superhéroe al usar su imaginación.
Un día, la seño Clara propuso un concurso de creatividad:
"¡Chicos! Vamos a hacer un concurso para inventar el superhéroe más original. El que presente la mejor idea ganará un viaje a la gran biblioteca de la ciudad. ¡Allí hay un mundo de cuentos esperándonos!"
Todos los niños se emocionaron y comenzaron a trabajar. Entre ellos estaban Lucía, una hábil dibujante; Tomás, un narrador nato; y Mateo, el inventor de la clase.
Lucía decidió crear a su superhéroe, "Colorín", que tenía el poder de llenar de colores todo lo que tocaba.
"Con Colorín, los días grises se convertirían en días radiantes. ¡Imaginemos un mural gigante lleno de colores!"
Por su parte, Tomás se inspiró en la idea de un héroe llamado "Capitán Cuento", que podía hacer que los personajes de los libros cobraran vida:
"Con Capitán Cuento, podríamos viajar a cualquier lugar de una historia y vivir las aventuras como verdaderos héroes. ¡Imagínense enfrentarse a dragones o navegar en un barco pirata!"
Mateo, el inventor, decidió armar un superhéroe llamado —"Ingeniux" , que podía inventar cualquier cosa que necesitara para resolver problemas.
"¡Con Ingeniux podríamos ayudar a los demás! Podría inventar un robot que ayude a recoger basura en el parque, o una máquina para hacer que las flores crezcan más rápido en primavera!"
Mientras cada uno trabajaba en sus increíbles ideas, algo inesperado pasó. De repente, la maestra Clara recibió un aviso de que el Concurso de Superhéroes del barrio estaba por empezar, y no se podía llegar a la fecha de inscripción a tiempo.
"Chicos, tenemos que ir al concurso, pero necesitamos unir nuestras fuerzas y crear un superhéroe juntos. ¡Los tres poderes en uno!"
Lucía, Tomás y Mateo se miraron sorprendidos, pero no lo dudaron:
"¡Vamos!" -exclamaron al unísono.
Juntos comenzaron a mezclar las ideas. Colorín podía dar color a las historias de Capitán Cuento, y Ingeniux podía crear una máquina que hiciera que todo cobrara vida. Al final, decidieron llamar a su superhéroe: "Capitán Colorínux".
"¡Con Capitán Colorínux podemos llevar alegría, aventuras e ideas a toda la ciudad!" -dijo Lucía con una sonrisa.
El día del concurso llegó y la seño Clara llevó a los niños emocionados. Frente al jurado, se presentaron con su superhéroe:
"Nosotros somos el equipo de Capitán Colorínux. Nuestro héroe puede transformar cualquier cuento en una aventura llena de colores, imaginación y soluciones para todos."
Los jueces estaban muy impresionados. Cuando terminaron, el jurado les preguntó:
"Y, ¿qué harían con su superhéroe?"
"Haríamos un proyecto en la escuela para que todos usemos nuestra imaginación y creatividad. Organizaríamos un día de lectura donde cada niño podría traer su cuento favorito y hacerlo cobrar vida" -explicó Tomás.
Finalmente, los niños ganaron el concurso y disfrutaron de su gran premio, un viaje a la biblioteca de la ciudad, donde conocieron a otros chicos y compartieron ideas creativas. Al regresar a su escuela, implementaron su proyecto, y toda la clase se unió para hacer de Santodomingo un lugar lleno de imaginación y colores.
Así, los Superhéroes de Segundo Grado aprendieron que juntos eran mucho más poderosos, y que compartir su creatividad podía hacer del mundo un lugar mejor. Y así, sus corazones llenos de colores e historias inventadas volaban más alto que cualquier superhéroe común.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado, pero la imaginación de estos niños sigue volando en cada rincón de la escuela.
FIN.