Los Superhéroes del Aula



En la Escuela Primaria San José, un grupo de niños de cuarto grado se dio cuenta de que algo había cambiado en su aula. Los nuevos compañeros, Matías y Luisa, eran un poco diferentes a los demás. Matías siempre parecía triste y Luisa se mantenía callada, mirando por la ventana.

Un día, durante el recreo, Sofía, una de las chicas más activas de la clase, decidió hablar con Matías. "¿Por qué no juegas con nosotros?"- le preguntó con curiosidad.

"No tengo muchas ganas…"- respondió Matías, mirando al suelo.

Sofía, con su espíritu empático, entendió que algo le pasaba. Así que le sonrió y le dijo "Si querés, podemos jugar a las escondidas. Es divertido, y estoy segura de que te vas a divertir"-. A Matías le sorprendió la invitación, pero decidió intentarlo y fue detrás de Sofía.

Mientras tanto, en un rincón del patio, Luisa seguía sola, observando lo que sucedía a su alrededor. Pedro, otro chico del grupo, la vio y se acercó a ella. "Hola, Luisa. ¿Por qué no venís a jugar con nosotros?"-

"No, gracias. No soy buena en los juegos. Prefiero quedarme acá"-, contestó Luisa, algo temerosa.

"¡Pero todos somos buenos en algo diferente! Siempre hay un lugar para todos cuando jugamos. ¿Te gustaría ver cómo jugamos? Quizás te guste"- insistió Pedro, animado.

Luisa se sintió un poco mejor al escuchar eso y decidió acercarse. En ese momento, el timbre sonó y los chicos regresaron al aula.

Al día siguiente, la maestra Clara decidió hacer una actividad especial sobre la empatía. "Hoy vamos a ser 'Superhéroes de la Empatía'. Necesito que cada uno de ustedes elija a un compañero al que le gustaría conocer mejor"-.

Los chicos comenzaron a murmurar entre ellos. Sofía, emocionada, se acercó a Matías. "Yo quiero conocerte. ¿Qué te gusta hacer?"-

Matías, todavía un poco tímido, respondió "Me gusta dibujar. Pero no creo que sea bueno en eso"-.

"¡Que bueno! A mí también me gusta dibujar. ¿Te gustaría dibujar juntos en el recreo?"- sugirió Sofía. Matías sonrió por primera vez.

Por otro lado, Luisa, ahora un poco menos tímida, se encontró con Pedro. "Me gustaría intentar jugar a la pelota, pero a veces me da un poco de miedo"- confesó.

Pedro, entusiasmado, contestó "No te preocupes, yo te puedo ayudar. Todos empezamos en algún lado. Te prometo que será divertido"-.

Durante la actividad del aula, la maestra Clara vio a los chicos reír y compartir. Al final del día, les propuso un desafío "Mañana, quiero que traigan algo que represente a su compañero, algo que refleje su personalidad"-

Esa noche, Sofía hizo un hermoso dibujo de unos superhéroes, donde Matías aparecía como uno de ellos. Luisa, por su parte, decidió pintar una pelota de fútbol, mientras que Pedro le ayudaba a perfeccionar su arte.

El día siguiente fue emocionante. Al presentar sus trabajos, los compañeros se sorprendieron. "Matías, ¡sos un súper dibujante!"- exclamó Sofía. "Esto es genial"-. Matías, al escuchar eso, se sintió un poco más seguro y feliz.

Por su parte, Luisa se animó más que nunca y, con apoyo de Pedro, hizo una demostración de cómo patear la pelota, logrando hacer una gran jugada. Los niños la aplaudieron con entusiasmo.

De pronto, el aula se llenó de risas y sonrisas. La empatía, el respeto y la solidaridad habían convertido a todos en superhéroes del aula. A medida que los días pasaron, Matías se integró y Luisa también, descubriendo que no estaban solos y que siempre había un lugar para cada uno.

La maestra Clara, emocionada, les dijo al final de la semana "Ustedes son un buen ejemplo de lo que significa ser solidarios. Recuerden siempre que la verdadera fuerza de un superhéroe es su capacidad de ayudar a otros"-.

Y así, en la Escuela Primaria San José, la historia de estos niños continuó, siempre aprendiendo a ser más empáticos, respetuosos y solidarios unos con otros, y convirtiéndose en verdaderos amigos, demostrando que juntos podían enfrentarse a cualquier desafío que la vida les presentara.

FIN.

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