Los talentosos amigos de La Alegría
Había una vez un colegio llamado "La Alegría", donde todos los alumnos de tercero eran artistas y deportistas. Cada día, el salón de clases se llenaba de música, colores y mucha energía.
En ese salón, había un grupo de amigos muy especiales: Martina, Lucas, Sofía y Tomás. Martina era una talentosa bailarina, siempre estaba moviéndose al ritmo de la música. Lucas era un apasionado del fútbol y nunca dejaba de practicar sus tiros al arco.
Sofía amaba dibujar y siempre tenía su cuaderno lleno de hermosos paisajes y retratos. Y Tomás era un mago con las palabras; le encantaba escribir historias fantásticas.
Un día, la profesora Laura les anunció que habría una competencia muy especial en el colegio. Se trataba del Gran Desafío Artístico-Deportivo, donde cada alumno debía demostrar sus habilidades tanto en el arte como en el deporte.
Martina estaba emocionada por mostrar su talento para el baile, pero también sentía nervios porque nunca antes había competido frente a tanta gente. Lucas estaba seguro de que ganaría todas las pruebas deportivas, pero también quería sorprender a todos con alguna habilidad artística oculta.
Sofía se sentía insegura porque pensaba que sus dibujos no serían lo suficientemente buenos comparados con los demás artistas del colegio. Y Tomás temblaba ante la idea de leer en voz alta uno de sus cuentos frente a toda la escuela.
El día del Gran Desafío llegó rápidamente y todos estaban ansiosos por demostrar sus talentos. La competencia comenzó con una exhibición de baile, donde Martina se lució con sus movimientos elegantes y llenos de gracia.
Luego, fue el turno de las pruebas deportivas, donde Lucas mostró su destreza en cada disciplina. Después de las pruebas deportivas, llegó el momento del arte. Sofía decidió superar sus miedos y mostrarle al mundo su increíble talento para dibujar.
Todos quedaron maravillados con sus obras maestras y aplaudieron emocionados. Por último, llegó la hora de la lectura de cuentos. Tomás respiró hondo y comenzó a contar una historia llena de aventuras y magia.
Cada palabra que salía de su boca envolvía a todos los presentes en un mundo imaginario. Al finalizar el Gran Desafío Artístico-Deportivo, la profesora Laura anunció los resultados.
Pero antes de anunciar al ganador, les dijo algo muy importante: "No importa quién haya ganado o perdido, lo más importante es que ustedes han demostrado todo su talento y han dejado un legado artístico-deportivo en nuestra escuela". Y así fue como Martina entendió que no importaba si ganaba o no; lo importante era disfrutar del baile y compartirlo con los demás.
Lucas comprendió que el verdadero valor estaba en participar y dar siempre lo mejor de sí mismo.
Sofía aprendió que cada uno tiene un estilo único en el arte y que eso es lo que hace especial a cada obra. Y Tomás descubrió que las palabras tienen un poder mágico cuando se comparten con amor. Desde aquel día, todos los alumnos de tercero en "La Alegría" siguieron desarrollando sus talentos artísticos y deportivos.
Y aunque nunca más hubo un Gran Desafío Artístico-Deportivo, cada uno sabía que no necesitaban una competencia para brillar, porque ya lo hacían todos los días en su colegio.
FIN.