Los Tipos de Mi Tierra



En un pequeño pueblo de Argentina, donde el sol brilla con fuerza y el aire huele a tierra fresca, vivían tres amigos: Juan, un niño soñador; Lila, una chica llena de energía, y Tito, un chico observador muy curioso. Juntos pasaban sus días explorando el campo y jugando en el arroyo, pero a menudo se preguntaban sobre los tipos de personas que habitaban su tierra.

Un día, decidieron hacer un viaje a la feria del pueblo, donde había un concurso de talentos. Los tres amigos querían conocer a los diferentes tipos de personas que participarían en el evento.

"¿Qué te gustaría ver, Juan?", preguntó Lila.

"Me encantaría ver a alguien que cante con el corazón, que sienta cada palabra", respondió Juan con entusiasmo.

"Yo quiero ver trucos de magia", dijo Tito mientras miraba a su alrededor.

Cuando llegaron a la feria, se encontraron con artistas de todo tipo: músicos, pintores, magos, y hasta una mujer que hacía globos con forma de animales. Juan se quedó maravillado al escuchar a una abuela cantar una canción de su tierra, sintiendo la belleza de su voz.

"No sabés cómo canta, es como si hablara al alma", dijo Juan mientras su rostro brillaba de felicidad.

Lila, por su parte, se maravilló con un artista que hacía malabares con fuego. La destreza y el coraje que tenía la dejaron boquiabierta.

"¡Quiero ser tan valiente como él!", exclamó Lila.

Mientras tanto, Tito descubrió a un mago que hacía trucos sorprendentes. Aunque los secretos de la magia eran un misterio, Tito decidió que quería aprenderlos.

"Yo quiero ser un mago y hacer sonrisas", pensó en voz alta.

En medio de la emoción, los amigos se perdieron entre la multitud. Cuando finalmente se encontraron, notaron que la feria se había llenado de luces y risas.

"¿Cómo podemos mostrar nuestro talento?", preguntó Lila un poco nerviosa.

"Nunca he hecho algo frente a tanto público", confió Tito.

"Lo importante es divertirnos y aprender unos de otros", los animó Juan.

Decidieron formar un grupo y actuar juntos. Se ubicaron en una pequeña tarima. Juan cantaría, Lila haría malabares y Tito sorprendería al público con un truco de magia.

La presentación comenzó y, aunque todos estaban nerviosos, el apoyo de sus amigos hizo que todo fluyera.

"¡Vamos, Juan, podés!", gritó Lila mientras ella lanzaba las pelotas de colores al aire.

"¡Todo es posible!", exclamó Tito mientras hacía aparecer una paloma de detrás de su sombrero.

Al final, el público aplaudió y vitoreó con tanto entusiasmo que se sintieron realmente felices. Habían aprendido que cada uno tiene su talento especial y que juntos, podían crear algo maravilloso.

De repente, un anciano se acercó a ellos.

"Me gustaría darles un consejo", dijo con una sonrisa.

"Nunca dejen de explorar y compartir sus talentos. Cada tipo de persona que encuentren en su camino tiene algo que enseñarles y ustedes aportan su luz al mundo", añadió.

Los amigos sonrieron, sabiendo que habían vivido una gran experiencia. Desde aquel día, se prometieron seguir explorando, aprendiendo y ayudando a los demás a hacerlo también.

"Siempre habrá tipos de personas en nuestra tierra que nos mostrarán algo nuevo", concluyó Juan.

Y así, volvieron a sus casas con el corazón lleno de alegría, listos para compartir sus sueños con el mundo.

FIN.

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