Los Tres Amigos Valientes



. Un día, mientras paseaban por la plaza, se encontraron con un niño llamado Juan que estaba sentado solo en un banco. "Hola, ¿cómo te llamas?", preguntó Simón. "Soy Juan", respondió el niño con tristeza.

"¿Por qué estás tan triste?", preguntó Salvador preocupado. Juan les contó que acababa de mudarse al pueblo y no conocía a nadie. Además, su bicicleta se había roto y no tenía dinero para arreglarla.

Los hermanos sintieron empatía por Juan y decidieron ayudarlo. Le prestaron sus bicicletas para que pudiera jugar con ellos y lo invitaron a su casa para merendar juntos.

Con el tiempo, los tres niños se convirtieron en grandes amigos y pasaban todos los días juntos en la plaza. Pero un día, cuando llegaron a la plaza, descubrieron que habían robado todas las bicicletas del lugar. "¡Qué mal!", exclamó Juan desanimado. "Ahora no podremos jugar más juntos".

Pero Simón y Salvador no se dieron por vencidos tan fácilmente. Decidieron buscar a los ladrones de las bicicletas por todo el pueblo hasta encontrarlas escondidas detrás de una casa abandonada.

Gracias a su valentía e ingenio, lograron recuperar todas las bicicletas robadas y devolverlas a sus dueños originales. La noticia corrió rápidamente por todo el pueblo y pronto Simón y Salvador se convirtieron en héroes locales.

La historia de amistad entre Simón, Salvador y Juan inspiró a muchos otros niños del pueblo a ser más amables y solidarios con los demás. Desde ese día, la plaza de Urquiza se convirtió en un lugar lleno de risas, juegos y buenas acciones.

Simón y Salvador aprendieron que siempre hay una manera de ayudar a los demás y que juntos pueden lograr grandes cosas. Y Juan, gracias a la ayuda de sus nuevos amigos, descubrió que nunca está solo cuando tiene gente buena a su alrededor.

FIN.

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